Joan Watson deja New York y se muda a Londres en busca de un cambio en su vida mientras se reencuentra por fin con su amiga Molly Hooper.
Acontecimientos fuera de su alcance la obligan a mudarse al 221 B de Baker Street junto al peculiar detective S...
Vidrios rotos. El sonido de los cristales chocando contra la pared. Al principio pareció un sueño. Ahora silencio. ¡Un golpe fuerte contra la pared!
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Joan saltó de su cama en shock, se colocó una bata lo más rápido que la desorientación del sueño se lo permitió. Cuando bajó se encontró con la puerta de la sala de estar abierta. Dentro, un enérgico Sherlock lanzaba unas piezas ornamentales de cerámica contra la pared. - ¡¿Qué estás haciendo?!
Holmes, aún en su bata caminó unos pasos, miró a Joan y gritó: - ¡Estoy aburrido!
- ¿Y por eso estás lanzando cosas a la pared?
- ¡... e impaciente!-continuó Sherlock haciendo caso omiso de lo que decía Joan- ¡Está en internet! Lestrade necesita mi ayuda y lo sabe, pero está perdiendo el tiempo tratando de resolverlo por sí mismo.
La señorita Watson trataba de digerir todo aquello dándole sentido. "Lestrade... es el detective inspector, pero... ¿de que está hablando? ¿Está en internet?" Pensó ella y caminó hacia la mesa llena de libros y papeles, y miró en la pantalla de la computadora portátil.
"La famosa empresaria Elizabeth Collins muere en su oficina esta madrugada"
- La policía no está segura de que sea un suicidio, ¡finalmente están dando muestras de inteligencia! -Joan guardaba silencio mientras Sherlock caminaba de un lado a otro hablando sin parar- Los datos son pocos pero suficientes para saber que Lestrade acudirá a mi. Ventanas y puertas estaban cerradas con seguro por dentro y no se ha encontrado ningun veneno cerca de ella. No se ha suicidado.
- ¿Cómo estás tan seguro de eso?
- ¡Porque era muy engreída para suicidarse!
"Ok, mejor lo dejo solo con su trabajo" pensó Joan saliendo de la sala.
- Eres doctora, necesito que vengas conmigo.
Ella se detuvo y se dió la vuelta. - ¿Qué? ¿Disculpa?
- Se que me escuchaste -continuaba caminando de un lado a otro-.
- No... puedo, debo ir al Centro Mortimer.
- Eso puede esperar.
- No. No puede esperar, es mi nuevo trabajo.
- ¡Un asesinato Joan! Tienes que venir y comprobar la causa de la muerte. Si nos damos prisa llegaremos antes de que contaminen la escena del crimen.
Dicho esto se metió a su habitación.
- No puedo faltar a mi primer día de trabajo. - se acercó a la puerta de la habitación de su compañero-.
- ¡Por supuesto que puedes! ¡Sólo te darán una aburrida charla de cosas que ya sabes!
