Capítulo 83

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- Están muy bien protegidos.

Sherlock miraba la pantalla de su computadora portátil con el ceño fruncido.

  - ¿Quiénes?

Silencio.

Ok, está en modo "no comunicativo".

Su conciencia parecía navegar en las aguas más profundas de su mente. A Joan le inquietó un poco esto. No era un caso que diera muchas luces de peligro y sin embargo él parecía verlo de otra forma. 
Sabía muy bien que no convenía interrumpirlo en tan entregadas reflexiones así que siguió con su línea de investigación y llamó a Lestrade preguntando por la salud de Danna Raynolds.

  - Es un infierno aquí. -la doctora podía escuchar el sonido de las voces enérgicas de los periodistas en el fondo.- Por ser un asunto bastante escandaloso debo permanecer aquí junto con varias unidades. Son un dolor de cabeza Joan, se cuelan por cualquier apertura y buscan a la ex directora para acosarla con preguntas.

  - Sólo hacen su trabajo, pero lo sé, pueden ser muy irritantes. ¿Cómo está ella?

  - Indispuesta. Es todo lo que dice. No quiere hablar con nadie. La están inundando de demandas Joan. Pero nisiquiera su abogada ha logrado hablar con ella.

  - ¿Está estable?

  - Es lo que me dijo su médico de cabecera pero luego empezaron a decir que le vendría bien que no la inquietaran con preguntas porque estaba muy nerviosa lo cual honestamente no me convence.

  - Sherlock siempre te atribuye menos capacidad de la que en realidad tienes. -Joan sonrió.- Parece que está avergonzada.

  - Exactamente. Quiere quedarse más tiempo en esa burbuja de paciente delicada para evadir la horrible realidad que la rodea. -se le oía bastante animado por el cumplido de Joan.

  - Voy a ir y hablaré con ella.

  - ¿Crees que aceptará verte?

  - Hablará conmigo Greg.

  - Normalmente esa frase me causaría cierto pánico si viniera de Sherlock pero contigo es diferente gracias a Dios. Dejaré avisado a los que custodian la puerta para que te dejen pasar.

  - Está bien, gracias Greg.

Se colocó de pie y tomó su abrigo y su bolso. Sherlock seguía impasible observando el vacío ante sí. Joan se dirigió a su lado con sigilo, no queriendo que él perdiera el hilo de sus pensamientos. Después de unos segundos el detective salió de su ensimismamiento y levantó el rostro en dirección a ella.

  - Voy al hospital a ver a la señora Raynolds. Te mantendré informado. -Se inclinó y le plantó un cariñoso beso en los labios mientras él le sonreía con ojos brillantes de ternura recién despiertos de su ensoñación detectivesca.

Decidió no llevarse el auto y dejar que Sherlock lo tuviera a su disposición en caso de que sus recientes reflexiones lo llevaran a movilizarse necesariamente.
Detuvo un taxi y dando la dirección del hospital se entretuvo en ver los edificios y la población agitada de Londres a través de la ventanilla. Quería limpiar su mente de todo rastro de prejucio que pudieran haber dejado sus previas pesquisas sobre la ex directora del hospital psiquiátrico.
La maraña de cuerpos ataviados en vestimentas formales y otros que sostenían cámaras y equipo periodístico se paseaban de un lado a otro frente a la entrada del hospital, zapateando con impaciencia, discutiendo con los guardias, echando miradas ávidas al interior del edificio.
Joan logró pasar a través de tal ejambre y en el momento en el que su mirada se cruzó con la de uno de los oficiales estos le saludaron con un breve asentimiento y le abrieron la puerta. Ante tal acción la maraña de periodistas protestaron. Alguien incluso tomó a la detective por el abrigo y la haló. Con una maniobra ya ensayada pero realizada en el momento como un acto reflejo ella tomó aquella mano desconocida y la torció con destreza. El quejido de dolor sofocado por el bullicio de los demás les dejó una leve sonrisa a los agentes que custodiaban la entrada.
No le costó encontrarse con Lestrade y después de intercambiar unas palabras se dirigieron a la habitación en la que descansaba Danna Raynolds.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora