Capítulo 72

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De vuelta al aire familiar de Londres, de vuelta al acogedor apartamento lleno de historias increíbles, Joan revisaba su correo electrónico en busca de algunas propuestas de trabajo, pero la tarea era difícil.

  - Creo que las cosas interesantes llegan sólo a tu correo. -dijo en voz alta a  Sherlock.

El aludido salió de la cocina con dos tazas de café y dándole una a Joan dijo sonriendo:

  - No se puede decir que la basura sea interesante.

  - Oh vamos... no creo que sólo sea basura. Debe haber algún caso interesante.

  - Míralo si quieres. -hizo un ademán señalando su laptop y se sentó en su sillón.

La doctora acudió sin dudarlo y leyó varios de los cientos de correos electrónicos que recibía el detective.

  - Bueno... hay varios medianamente interesantes y otros increíblemente ilógicos.

  - Los ilógicos suelen ser bromas.

Joan suspiró y miró la pantalla con la mirada en blanco.

  - Ahora sabes como me siento. -murmuró Holmes dándole un sorbo a su café.

  - Pues al parecer sí. -Joan se levantó y fué a la estantería a buscar un libro interesante con el cual pasar el tiempo - ¿Estás tomando café?

  - Cuando te fuiste a Nueva York tomé tres tazas seguidas mientras pensaba.

  - Eso es raro. ¿Ahora te gusta?

  - Definitivamente.

Mientras acariciaba el lomo de una serie de tomos elegantes sobre química a Joan se le iluminó la mente con una idea.
Se volvió hacia Sherlock con mirada dubitativa y dijo:

  - Ya que no tenemos un caso por resolver hoy... ¿Quieres salir?

  - ¿Salir a dónde?

Joan lo miró a punto de sonreír por su ingenuidad.

  - A una cita.

Holmes estaba a punto de tomar otro sorbo pero retiró la taza de inmediato y parpadeó sorprendido.

  - Si... está... bien. Si.

  - Bien. ¿A dónde...?

El teléfono de Sherlock empezó a timbrar interrumpiendo la conversación entre ambos. Él contestó y escuchó atento y con el ceño fruncido. Después de un buen tiempo, sonrió y dijo:

  - Vamos para allá. -se puso de pie de un salto- Parece que Lestrade y los criminales de Londres nos han salvado de nuevo. Tenemos un nuevo caso. Lestrade está en Scotland Yard y nos dará los detalles... -entonces se calló.- Oh... la cita...

  - No te preocupes por eso. Hay un caso, eso es mejor que una cita.

  - Te prometo que cuando lo resolvamos saldremos a cenar.

  - Ok.

Sin tardanza emprendieron la marcha hacia Scotland Yard con la expectativa de la magnitud del nuevo problema, del nuevo enigma por resolver. Muchas posibilidades, algo probablemente inimaginable les esperaba en la ofina de Lestrade en Scotland Yard. Algo incomparable que escapaba a las trivialidades del día a día y que sólo en la única profesión del detective consultor se podía observar.

  - ¿Un gato? -Sherlock preguntó pasmado.- ¿Nos llamaste por un gato?

  - Déjame terminar. -Lestrade sabía la rabieta que se venía por parte del detective.- Es un gato de oro. Cien por ciento de oro.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora