Capítulo 35

902 65 13
                                    

Pocas veces tenía un despertar tan extraño y sabía exactamente debido a qué era. La cabeza le dolía ligeramente y en cuanto abrió los ojos un mareo le obligó a cerrarlos de nuevo.
Poco a poco los recuerdos volvían como envueltos en una niebla irritantemente densa. En menos de un minuto todo lo que sucedió se le presentó claro de nuevo.
Abrió los ojos de golpe y se sentó en la cama con agilidad. Casi con temor miró hacia el otro lado de la cama.
Joan dormía profundamente con el rostro vuelto hacia él, su cabello oscuro caía a un lado sobre su pecho, resaltando entre la blancura de las sábanas. Sherlock notó que la incómoda pijama que llevaba puesta le había irritado un poco la piel del cuello y de los brazos.
Después de haberla observado un rato, se puso de pie con extremo cuidado para no despertarla y se dirigió al baño. Mientras daba los primeros pasos su pantalón se deslizó hasta poco mas abajo de sus caderas. Supo actuar con rapidez y logró sostenerlos antes de que cayeran al suelo.
Como un acto reflejo miró a Joan y con alivió comprobo que aún no habia despertado y afortunadamente no presenció el penoso incidente.
Tomó la ropa de su pequeña maleta de viaje y se metió al baño.
Luego de ducharse y vestirse salió con cuidado de no hacer ruido (lo cual no le era dificil). Miró con interés los papeles ubicados en la mesita de noche al lado de Joan y se acercó para ver de qué se trataban.

Afortunadamente no ha perdido el tiempo.

Pensó mientras ojeaba los papeles que contenía artículos de periódicos y revistas francesas traducidos (y unas pocas en ingles original) sobre Patrick Colton y Susan Hugh. Por la distribución de los documentos, los lentes de Joan, la lamparita y el vaso de agua, Holmes dedujo que su compañera había estado releyendo todo en la noche y la madrugada.
Probablemente por la falta de sueño a causa de la adrenalina que despertaba en ella el nuevo caso.
Esto le hizo sonreir levemente.
De inmediato tomó su abrigo y se dirigió al bar-restautante.
Encontró a Gary detrás del mostrador con una sonrisa extraña y dijo:

  - Buenos dias.

  - Muy buenos dias al parecer. Se te ve mejor de lo que estabas ayer.

Sherlock sonrió incómodo y continuó:

  - ¿Sería posible que le llevara a Joan el desayuno a las siete en punto?

  - ¿Se encuentra mal acaso?

  - No. Casi no durmió anoche y aún no ha despertado.

  - Oh... ¿Estuvieron muy ocupados anoche? -Una sonrisa extraña y el cambio de voz hicieron que Sherlock lo mirara con el ceño fruncido. - Lo siento, no es de mi incumbencia. No te preocupes, le diré a Billy que le lleve el desayuno justo a las siete, así podrán partir en el tren de las ocho y media sin ningun contratiempo.

  - Gracias. -dijo él aún con el ceño fruncido- ¿Tiene té preparado?

  - Claro. Hemos añadido una gran variedad de té al menú, ya sabes para darle mas opciones al cliente, pero...

Mientras Gary hablaba Sherlock sintió un papel doblado en el fondo del bolsillo de su abrigo. Lo sacó y lo desdoblo:

Probablemente vas a despertar antes que mi, y antes de que decidas salir en una de tus excursiones te recomiendo que no tomes una simple taza de té. Anoche no cenaste y te drogaste por accidente asi que debes pedir un desayuno completo para evitar que te desmayes. Si no lo haces por ti mismo hazlo por el bien del caso. ¿Te imaginas como una enfermedad entorpecería nuestros planes? ¡Sería inconcebible!

Sherlock estuvo a punto de sonreír pero no quiso exteriorizar (ni admitir) que Joan lo conociera tan bien.

  - ... ¿Entonces que té prefieres? -terminó Gary.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora