Mientras le terminaban de curar las heridas miró hacia el costado de la ambulancia donde estaba apoyada ella y dijo:
- En el caminó te diré la línea de mis deducciones para que sepas todo paso a paso.
Ella asintió en silencio.
Cuando se dirigía a tomar un taxi Sherlock detuvo a su compañera tomándola del codo.
Ella se volteó a la expectativa.
- Lo siento. -dijo él con sinceridad. - Hice que te preocuparas.
- Y me sacaste de allí sin explicarme nada.
- La situación era apremiante y tu seguridad estaba en peligro.
- Tu seguridad también estuvo en peligro. Me enseñaste a pelear, sabes que puedo defenderme. Pero me sacas así y siento que me mantienes al margen de esa parte de la investigación. Quiero hacer lo que haces y este trabajo implica peligros fisicos. No puedes mantenerme al margen de eso todo el tiempo.
- No es que quiera mantenerte al margen. Nunca has estado al margen de las investigaciones, eres una parte clave de cada caso que resolvemos. Pero... no quiero que salgas herida.
El pulso de Joan se aceleró.
No, no otra vez.
- Relamente aprecio eso. Gracias Sherlock. Pero no siempre será así y no quiero que cuando llegue a estar en peligro de nuevo te culpes por no protegerme.
- Mi promesa de protegerte incluye un motivo... un poco egoísta.
- Oh... ¿atrasaría la resolución del caso?
- ¡No!... Yo no quiero que salgas herida. No quiero que te lastimen. Porque... me importas.
Por más que lo incomódo de la situación lo hiciera querer cambiar de tema, él se quedó allí, mirándola a los ojos.
- Detente.
- ¿Qué..?
- O sino te abrazaré.
El sonrió.
- Sería demadiado vergonzo.
- Entonces lo haré.
Holmes retrocedió un paso y Joan rió.
Aunque la doctora Watson aún sintiera que el corazón le latía con fuerza disimuló el sentimiento que le invadía y subió al taxi con él.
Gracias al cielo Sherlock decidió que era hora de una visita a la biblioteca y se entretuvieron estudiando casos de asesinatos ocurridos en granjas y enumerando los lugares aptos para enterrar un cuerpo.
Después de un almuerzo rápido se dedicaron al estudio de huellas en la nieve en un parque cercano.
Para cuando llegaron al apartamento era hora de la cena ya.Joan entró a su habitación agotada y sacó su diario. Y empezó a escribir.
La punta del lápiz se deslizaba con aspereza sobre el papel color crema.
El sólo hecho de pensar que ese mismo diario era un regalo de él, hacía que su mano se entumeciera.No sé qué debo hacer ahora.
Tal vez sea una de esas situaciones en las que se debe ignorar lo que se siente. Pero ¿cómo lo hago si lo veo a diario?
Estoy confundida Estaba confundida.
Ahora sé exactamente lo que siento. Pero él no. Puede que llegue a sentirse igual a mí pero no se cuanto debo esperar. Es más, ni siquiera sé si querría darlo a conocer.
Por ahora lo único seguro que tengo es que es mi amigo, es mi compañero... y lo quiero. Y no voy a arruinar lo nuestro.El golpe inesperado e insistente en la puerta de su habitación la sobresaltó.
- Joan.
- Pasa.
El detective abrió la puerta y miraba a su compañera algo preocupado.
- ¿Qué sucede?
- Molly se casa mañana.
- No. Es dentro de una semana ya le prometí que mañana iría a ayudarle con la decoración y...
- No Joan, me acaba de hablar. Se casa mañana. Los padres de Brad les regalaron un viaje a París para su luna de miel y van a partir este fin de semana. Asi que la boda será mañana.
- Pero... no me dijo nada.
- Sí lo hizo. -tomó el teléfono celular de Joan de la mesa de noche y se lo mostro a ella- Nunca silencies tu teléfono.
- Oh Dios...
- Vamos.
- Detente... Sherlock... espera...
La tomó de la muñeca y la levantó sin esfuerzo, tomó su abrigo y se lo colocó a toda prisa, y por último le colocó un gorro en la cabeza.
- Vamos. Hay que comprar los regalos y tu vestido.
- Y luego tenemos que ir a su casa para ponernos al día y saber donde será la boda, también...
- Oh no. - Bajaban las escaleras a toda prisa. - Tú eres la dama de honor yo no tengo tengo nada que ver con eso. Ya pasé por eso una vez y no tengo intenciones de volverlo a hacer.
Subieron al taxi en dirección a una tienda apropiada para encontrar el regalo de bodas. Y en medio del silencio Sherlock soltó:
- ¿Vas a tener sexo con el padrino de bodas?
El taxista miró suspicaz a través del retrovisor.
Afortunadamente habían llegado a su destino y Joan bajó antes de responder.- ¿De que rayos hablas?
- Bueno... dicen... que es un tipo de tradición.
- ¡No! ¡Dios, no! -ella arrugó el rostro.
- ¿No es atractivo? -inquirió Holmes extrañamente interesado en el tema.
- Es un patán. Pero independientemente de cómo sea no voy a dormir con nadie.
- Ok. Bien. -Sherlock asintió incómodo y después de unos segundos de tenso silencio se fué directo a las puertas de la tienda sin decir nada.
Joan estaba secretamente feliz.
En medio de las múltiples estanterías con finos obsequios decorativos Sherlock y Joan discutían sobre cual sería el más adecuado. El detective se negó a llevar un regalo de su parte alegando el no saber sobre obsequios de boda y al final convenció a Joan de que llevaran uno de parte de ambos, siempre bajo la promesa de tocar una pieza original para el vals de los novios.
Al final elegieron algo fuera de lo ostentoso: un libro. Un antiguo libro que a la pareja le fascinaba y que les recordaba a la primera vez que se conocieron. Un libro de autor anónimo bajo el título "El amor nos encuentra. Tarde o temprano, nos encuentra."
En ese momento, Joan guardó cierta esperanza en esa frase.
Un capítulo corto esta vez.
Lo siento, he estado ocupada <:( ❤
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You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)
FanficJoan Watson deja New York y se muda a Londres en busca de un cambio en su vida mientras se reencuentra por fin con su amiga Molly Hooper. Acontecimientos fuera de su alcance la obligan a mudarse al 221 B de Baker Street junto al peculiar detective S...