Capítulo 16

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Joan trató de pasar la mayor parte del día tan ocupada como una persona sin trabajo pudiera estar. Pero llegada la tarde no encontró cómo continuar distrayéndose asi que regresó al apartamento.
Al llegar, entró y pasó por la puerta de la sala de estar lo más rápido que pudo.
Lo último que quería era ver a Sherlock.
Subió sin tardanza las escaleras a su habitación pero justo al llegar a esta vió una sombra alta que la asustó y a punto estuvo de retroceder y correr el peligro de caer por las escaleras si Sherlock no la hubiera sujetado por el brazo.

  - ¿¡Qué se supone que haces aquí!? ¡Casi me matas del susto!

  - Sabía que subirías a tu habitación sin detenerte en la sala y quería hablar contigo.

  - ¿Qué quieres?

  - Disculparme.

Joan no creía lo que estaba oyendo.

  - Fuí informado... por John... que la forma en la que discutí sobre tu salud emocional te hizo sentir incómoda. Tú... te viste afectada, no... umm... te hizo sentir... herida. Así que... lo siento.

Era evidente que para Sherlock era todo un desafío pedir una disculpa y sin embargo lo hizo y esto fué suficiente para Joan. Por el momento.

  - Está bien. Gracias Sherlock.

El detective asintió y empezó a bajar las escaleras, pero luego de unos pasos se detuvo.

  - ¿Joan?

  - ¿Si?

  - ¿Quieres una distracción?

Joan miró su alta y elegante sombra de pie en las escaleras y él continuó:

  - Una muy interesante distracción.

  - ¿Otro caso?

  - Si.

  - No lo sé.

  - Sé que tu trabajo te permitía ayudar a la gente, y resolver este caso también lo hará.

  - Tú resuelves los casos.

  - Tú ayudas.

Joan suspiró y lo pensó unos segundos mientras Holmes permanecía inmóvil.

  - Está bien. Bajaré en un minuto.

Si la luz no hubiera sido tan escasa, Joan hubiera podido ver la sonrisa que apareció en los labios del detective.

La doctora entró a su habitación y se puso una pijama conformada por unos pantalones grises y holgados y una blusa sin mangas

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La doctora entró a su habitación y se puso una pijama conformada por unos pantalones grises y holgados y una blusa sin mangas.
Sospechaba que no saldrían ya, así que se puso cómoda.
Tomó su bata color púrpura y se la colocó.
Bajó y se sentó en el sofá marrón mientras Sherlock empezaba su exposición.
Sacó una foto y la puso frente a ella. En la imagen aparecía el pálido rostro de una mujer. Tenía un orificio de bala en la sien.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora