Acaso

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- ¿tu... ¿tu me vez como mujer?- pregunto mientras su corazón se aceleraba

Piccolo estaba a punto de responderle pero sintió algo que callo en su frente, una gota, una gota de lluvia; de repente esa gota se transformó en muchas gotas, era una ligera llovizna pero no dudaría mucho.

Piccolo y veguita se esforzaban para llegar a un lugar seco.

En medio del bosque, hacia una parte que estaba llena de palmeras muy juntas, tanto que podían tener a una persona seca.

Los dos llegaron apenas, sus ropas estaban ligeramente húmedas.

- no savia que iba a llover - comento piccolo.

- oye piccolo - pronunció veguita - ¿de verdad piensas que soy increíble?... Pensé que ... - veguita dejo de hablar cuando piccolo se le acercó.

Piccolo miro fijamente a veguita, con una expresión dominante y fuerte. Ella estaba perdida en sus ojos, hipnotizada e in movil.

- pienso que eres mejor que eso - respondió con voz ronca - eres hermosa Veguita. Más hermosa de lo que te puedas imaginar, me pregunto como puedes vivir sin saberlo - exclamó sin quitar la vista de ella.

Veguita estaba fascinada, nadie antes le avía dicho tales cosas, nunca nadie le avía dicho que era hermosa.

Voltio su cara aún lado, no quería que piccolo mirara que sus mejillas se encontraban manchadas de rosa.

Piccolo tomo la barbilla de veguita y la volteo a el.

- ¿alguna vez as visto ... A una flor ocultar sus pétalos?

- no...

- ¿alguna vez as visto que el sol oculte sus rayos?

-... no

- ¿alguna vez as visto que la luna se oculte porqué brilla demasiado sobre la penumbra de la noche?

- no

- ¿y entonces por qué tu ocultas tu pena con migo?... ¿No crees que tenga derecho a ver lo que yo provocó en ti?
Veguita no respondía, las piernas le temblaban y sentía un escalofrío recorrer desde la punta de la cola hasta el cuello.

Piccolo se inclinó ligeramente a sia veguita, ella sólo contuvo la respiración, sentia que el corazón le iba a explotar, piccolo se inclinó más y más hasta que quedaron frente a frente; ella pudo sentir el aliento cálido de piccolo chocar en sus labios, faltaba poco, sólo unos centímetros más......

Pero las palmas de las palmeras no resistieron más y se doblaron, liberando el agua que avían retenido sobre piccolo y veguita.

No muy lejos de ahí se encontraba una cueva en la cual se refugiaron...

DBZ-La Chica Del EspacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora