Entrenamiento

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Piccolo y veguita llegaron a una cascada.

-este es buen lugar para empezar - dijo mientras se sentaba con las piernas cruzadas.

-¿que haces?- pregunto veguita mientras lo miraba con curiosidad

- la meditación me ayudó a sentir el ki, esta es la forma en la que puedo ayudarte - dijo mientras cerraba sus ojos.

Veguita se sento aún lado de el y se puso en posición de meditación.

Las horas pasaron y veguita se relajó demasiado que se quedó dormida.

Piccolo miro de reojo a veguita y noto que se quedó dormida.

- "vaya, se quedó dormida. Bueno, alguien tiene que despertarla" - Piccolo se hacerco a veguita y soplo ligeramente en su cuello.

Veguita despertó de golpe y tiro a piccolo, quedando encima de él.

- ¿siempre te despiertas así? - pregunto piccolo mientras miraba a veguita

- cuando siento a alguien cerca de mi, si - veguita soltó las muñecas de piccolo, el se levanto y tumbo a veguita sobre su regazo; sus piernas estaban cruzadas y las de ella estaba alrededor de la cintura de piccolo.

No les importa quedar en una posición tan comprometedora.

Piccolo sintió un ardor en su mano izquierda, al mirarla noto que avía una pequeña línea de sangre en el costado izquierdo de esta.

- ¿que te sucede? - pregunto veguita al mirarlo tan concentrado.

- no es nada - respondió mientras miraba a veguita.

- dejame ver - dijo veguita mientras tomaba la mano de piccolo y descubría esa pequeña línea de sangre. Lamió la sangre y la herida en su mano.

-¿que haces?

- cerrar tu herida

- ¿cerrarla?

- si, ahora guarda silencio - puso su boca en su herida.

Era una vista interesante para piccolo, como esos suaves labios hacían contacto con su piel, y esa húmeda lengua debes en cuando lo tocaba. Vaya, era una vista preciosa, parecía como si veguita le diera un beso en la mano.

Piccolo se sintió raro, apenado pero feliz.

Le gustaba que veguita le prestara atención, que se preocupara por el y lo atendiera.

Veguita Alejo la mano de Piccolo.

- ¿mejor? - pregunto ella mientras lo miraba.

-... si- respondió muy suave, apenas reconocible.

- ¿podemos continuar con el entrenamiento? - pregunto bajando la mano de piccolo.

- si, claro - respondió sin quitar los ojos de veguita. Ella se quito de Piccolo y se sentó en postura de meditación pero con sus manos juntas.

Cerro los ojos y trato de relajarse.

Piccolo se sentía extraño, pero era agradable tener a veguita cerca, tan cerca para sentir esa agradable energía que transmitía...

DBZ-La Chica Del EspacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora