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2004

El conductor esperó a que la señorita Monet se despidiera de su hija. 

Con un último abrazo y una palmadita en la espalda, su madre la soltó, y conmocionada, observó cómo la niña subía de un saltito al autobús escolar.

- Es increíble lo mayor que está... - suspiró con los ojos llorosos - y pensar que hace un año era todavía una renacuaja...

Su marido la abrazó cariñosamente, mientras el bus arrancaba.

- Y siempre lo será, cielo. 

- No me gusta que vaya sola - le miró preocupada - ¿ Por qué no quieres que la siga llevando a clase ?

- Tiene que empezar a hacer las cosas por ella misma. Además, está con todos sus compañeros y una profesora se encarga de vigilarlos, no te preocupes. Estará bien - le aseguró, dándole un beso en la mejilla.

Áurea sonrió. Estaba sentada en una de las primeras filas, pegada a la ventana. Y tenía los engranajes de un nuevo plan girando en su cabeza.

- ¡ Buenos días, Áurea ! - saludó Hansel, un chico de su misma clase que se había subido en la próxima parada. La chica sonrió, y señaló el asiento que guardaba a su lado.

- Hola, Hans. ¿ Y Gretel ? - bromeó mirando a su alrededor con aire confundido, como siempre hacía.

- Eso perdió su gracia hace años - masculló él molesto, y Áurea rió divertida.

- Pero a ti te sigue fastidiando.

El chico rodó los ojos, y se dió la vuelta en el asiento para observar a los demás alumnos que viajaban junto a ellos en el bus.

Ella echó un vistazo al exterior por la ventana. Apenas quedaban unos minutos para llegar al colegio. Y aún no sabía qué hacer para que no llamaran a sus padres.

- ¿ Hansel ? 

Su amigo se volvió hacia ella y la observó extrañado por el tono de culpabilidad que había empleado.

- ¿ Qué pasa ?

- ¿ Me cubrirías si falto a primera hora ? - preguntó mordiéndose el labio. Sabía que lo que le estaba pidiendo era algo gordo. Si la pillaban, su compañero también estaría en problemas.

- ¿ Vas a escaparte del cole ? - susurró con los ojos muy abiertos.

- Solo durante una hora - replicó.

- ¿ Para qué ? - insistió él.

- Hans, por favoor - le suplicó, y él soltó un suspiro.

- ¿ Tienes pensada alguna excusa ? - accedió, y Áurea soltó un grito entusiasmado abrazándole.

- ¿ Decir que me encuentro mal y que mi madre ha venido a recogerme ? - sugirió dudosa.

- ¿ Y si la llaman ?  - preguntó no muy convencido.

- Recemos para que no lo hagan, entonces - sonrió, y él asintió casi imperceptiblemente con la cabeza - Gracias, Hansel.

El conductor frenó con un chirrido y en seguida el revuelo volvió a formarse en el pasillo del autobús. 

Las puertas se abrieron, y Áurea consiguió escaquearse y bajar antes que todos, incluso que la profesora que los controlaba.

Echó a correr por el aparcamiento, antes de que alguien notara su ausencia.

Antes de internarse en el pequeño bosque, se detuvo y se giró para ver a su amigo.

EternityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora