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¿ Conoces esa cara cuando te ha pasado algo maravilloso el dia anterior y te despiertas recordándolo ?

Pues sí, esa expresión estupida y embobada era la que Áurea tenía aquella mañana.

Hasta Carol se la notó. Y en efecto, ella no podía estar más feliz.

Rió al recordar todas las veces en las que se había dicho a sí misma de niña que lo suyo con Elijah no podía ser. Que era imposible.

Pues mira, lo había conseguido. Y sí, era cierto que aún no entendía porqué él se había acercado a ella desde pequeña, que eso daba un poco de miedo, que era mayor que él...

Pero todo quedaba relegado a un segundo plano si ese era el precio que había que pagar. Ella estaba dispuesta a pagarlo.

- Algo me dice que has avanzado con el chico ese que te gustaba - comentó su hermana con una pícara sonrisa.

Áurea soltó una carcajada. Le resultaba inevitable no hacerlo.

- Sí, pero no con el que te conté de la librería.

- Ah, ¿ así que hay otro pretendiente que se le ha adelantado ? - preguntó temiendo que fuera Mark, temiendo volver a salir herida por los daños colaterales - ¿ Y quien es ?

- Su hermano.

Carol se quedó mirándola, esperando a que dijera que le estaba tomando el pelo y que era una broma. Pero Áurea no lo hizo.

- ¿ El hermano del chico que te gustaba ? - preguntó incrédula.

- Ajá. Es gracioso, ¿ verdad ?

- Me da que al otro no debió de hacerle mucha gracia - dijo con sarcasmo, y la menor rodó los ojos.

- Aún no lo sabe. Tengo que hablar con él.

- Pues será mejor que lo hagas pronto - le advirtió - Los hombres son propensos a malinterpretar las cosas.

- Lo haré, esta misma tarde al salir de la uni - le aseguró, mentalizándose ella misma.

EternityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora