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Mark soltó una carcajada, que después apagó al ver que Caroline seguía manteniéndose inexpresiva.

- ¿ Es enserio ? ¿ Crees que Áurea está saliendo con un vampiro ?

Carol rodó los ojos ante su tono burlón y jocoso, pero no dijo nada.

Si ella no hubiera visto las pruebas, tampoco se lo habría creído.

Suspiró profundamente, y tomó otro sorbo de su taza de café.

- ¿ Pero ya está recuperada ?- cambió de tema.

Ella asintió.

- Solo tenía un par de moratones - mintió. No iba a explicarle cómo la sangre de aquel tipo había hecho cicatrizar las heridas en cuestión de segundos.

- Menos mal - suspiró aliviado, y Caroline sintió un pinchazo de celos.

Mark lo notó, por su cara, y se apresuró a contestar.

- Es mi mejor amiga, es normal que me preocupe por ella.

La chica puso los ojos en blanco.

- No tienes que darme explicaciones, Mark, ya no estamos saliendo.

- Lo sé. Pero no quiero que pienses que me preocupo por ella por otra razón.

La mayor de las Monet asintió, y removió distraídamente la cuchara en la taza caliente.

- ¿ Y ? ¿ Pensaste en lo que te dije ?

Carol levantó la mirada.

- Sí. Y sigo teniendo la misma respuesta. No puedes querer a las dos.

- Y no lo hago - le aseguró, buscando su mirada - Quiero salir contigo, Caroline.

- Y también con Áurea - masculló molesta.

- No, ya no. ¿ Es que no lo ves ?- rió exasperado - Te elijo a ti.

- ¿ Qué ? - preguntó sorprendida, aunque había escuchado todo perfectamente.

- Te. Elijo. A. Ti.

(...)

Lilian y Hansel salían de la universidad juntos, como todos los días.

Los demás alumnos de la carrera siempre insinuaban que entre ellos dos había algo, pero no era cierto. Solo era amistad, y ninguno de los dos quería algo más. ¿ Tan difícil era pensar que un chico y una chica podían ser amigos sin tener intenciones sentimentales ocultas ?

Lilian se ajustó la bandolera que cargaba con todos los libros al hombro.

- ¿ Sabes porqué ha faltado Áurea hoy a clase ? - preguntó revisando su móvil - No me ha enviado ningún mensaje.

- No, a mi tampoco me ha avisado. Y no tengo ni idea, me parece raro que haya faltado sin advertírnoslo - comentó guardando el teléfono en su bolsillo - ¿ No puedes utilizar tu magia para averigüarlo ?

- Sí, podría. Pero no voy a ponerme a hacer hechizos aquí en medio - rió divertida, imaginándose la cara que pondría la gente.

- Pues vamos a mi casa - propuso casi de inmediato.

- ¿ Seguro ? ¿ No va a haber nadie ?

- No, a lo segundo. Y seguro, me gusta verte hacer magia. Ojalá yo fuera brujo - suspiró con ojos soñadores.

- No lo digas muy alto - bromeó ella, mirando a su alrededor - Espera un segundo, voy a decirle a mi madre el plan.

Hans observó como la chica, que esa semana llevaba el pelo de color turquesa, corría hacia el coche de su madre, metía la cabeza por la ventanilla, e intercambiaba algunas palabras.

Después, se despidió con la mano mientras el coche se alejaba y regresó junto a él.

- Listo. ¿ Vamos andando ?

- Ajá. Solo tardaremos diez minutos.

Y así fue.

En efecto, la casa de Hansel estaba completamente vacía.

- ¿ Dónde están tus padres ? - preguntó Lilian subiendo los peldaños de la escalera de dos en dos.

- Trabajando en la clínica. Mi madre llega a las ocho, papá hace el primer turno de noche- respondió abriendo la puerta de su cuarto y dejándola pasar.

La joven bruja se sentó en el suelo, de piernas cruzadas.

- ¿ Qué necesitas ? - preguntó Hansel. Había aprendido que ella no era Harry Potter, que necesitaba ciertas cosas para sus hechizos.

- Solo azúcar de caña, ¿ tienes ? Lo demás lo tengo todo aquí - dijo señalando su mochila.

Su amigo voló a la cocina a por el sobre de azúcar.

- ¿ Siempre vas preparada para hacer un hechizo ?

Ella se encogió de hombros.

- Nunca sabes cuando vas a tener que hacer uno. Y ahora, necesito silencio.

Hans asintió, y sentándose en la cama, observó cómo Lilian cerraba los ojos, pronunciaba las frases adecuadas en latín y una corriente de aire frío se formaba a su alrededor.
Pero nada más pasó.

- ¿ Qué ocurre ? - preguntó confundido al verla abriendo los ojos.

- No puedo localizarla.

- ¿ Por qué ?

- Es como... - frunció el ceño, volviendo a intentarlo - es como si otro brujo estuviera bloqueado el hechizo.

- ¿ Hay otra persoma con poderes que está intentando que Áurea no sea localizada ?- preguntó extrañado - ¿ Crees que estará en peligro ?

- Puede hacerlo para hacerle daño o para protegerla. Aún no lo sabemos.

EternityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora