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Kol le dirigió una última mirada de odio antes de alejarse calle abajo.

Y por fin, cuando estuvieron solos, Áurea reaccionó.

- ¿¡ Pero a qué ha venido eso ?!

Elijah bajó la mirada al suelo, avergonzado por haberse dejado llevar de aquella manera. ¿ Desde cuando permitía que sus sentimientos le controlaran de esa forma ?

Pero lo cierto es que en aquel momento todo había dejado de tener importancia ; si Áurea se enfadaría, si se pelearía con su hermano, la policía, montar un escándalo... Verlos besarse había desatado un sinfín de emociones rencorosas en su interior.

- Tienes suerte de que Kol no te haya denunciado - prosiguió al ver que no respondía - No puedes iniciar una pelea con un desconocido sin razón alguna y esperae que salgas impune.

- No es un desconocido para mi- replicó en voz baja - Es mi hermano.

Áurea lo miró con los ojos muy abiertos.

- ¿ Tu hermano ?

Elijah asintió. Y ella descubrió entonces cuantas cosas desconocía de él.

- ¿ Te gusta ? - preguntó el vampiro caminando a la par que ella se alejaba mosqueada.

- Eso no es de tu incumbencia- respondió cortante.

- Te gusta - afirmó con un suspiro - Él no te conviene.

Áurea se paró en seco. Y explotó.

- ¿¡ Qué pretendes, Elijah ?! ¿¡ Vuelves después de nueve años y te crees con algún derecho para decidir sobre mi vida ?!

- Yo no... - tartamudeó sintiéndose culpable de nuevo.

- Pues déjame decirte que no lo tienes - espetó furiosa y casi llorando - te esperé, Elijah, toda mi vida he estado enamorada de ti. Y ahora que encuentro a otra persona, que consigo rehacer mi vida y ser feliz de nuevo, vuelves para ponerlo todo patas arriba.

El Original la observó con la boca abierta, sorprendido por su confesión. Él. Le. Gustaba.

- Estoy cansada de estar feliz o deprimida como si mi vida fuera una montaña rusa, 'Lijah, así que decide si sientes algo por mi y vas a admitirlo, porque lo que no puedes hacer es ir pegando a cada chico al que beso.

Áurea respiró profundamente, sintiéndose desahogada, y sin atreverse a mirarle a los ojos tras soltar todo lo que pensaba se dió media vuelta para irse.

Pero él no la dejó. Su mano agarró suavemente su brazo, y la abrazó por la cintura, atrayéndola con cuidado hacia sí.

- Entonces tendré que decidirme.

Y la besó.

Al principio, Áurea no supo cómo reaccionar, medio paralizada como estaba.

Después se relajó y se dejó caer en sus fuertes brazos, pasando los suyos por encima de su cuello y acercándose aún más a él, si es que eso era posible.

Los labios de Elijah eran suaves, y se movían con tal maestría que Áurea sintió que las piernas le fallaban del nerviosismo.

Cuando se separaron, comprobó que tanto su respiración como la suya estaban entrecortadas.

- ¿ Responde eso a tu pregunta ? - sonrió el vampiro con dulzura, aún sin creer que por fin después de tantos añis hubiera podido besarla.

Áurea esbozí una sonrisilla tímida y pasó su pulgar por su labio inferior, acariciándolo con lentitud.

- Sí, la responde.

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