Dos días después, volvió a escuchar su voz.Habían llegado nuevos y abundantes pedidos a Historias Interminables, así que Áurea iba de un lado a otro cargada de libros hasta los topes para clasificarlos por géneros, autores, y fechas de publicación.
La tercera pila era tan alta que la columna de libros sobrepasaba su cabeza, y no podía ver con claridad donde pisaba.
Tropezó con una de las cajas de cartón, e inevitablemente, acabó despatarranada en el suelo.
- ¿ Te echo una mano ?
Su corazón comenzó a latir con más rapidez al escuchar el color índigo. No le hacía falta verle para saber quién era.
- Por favor - accedió con una sonrisa cansada, evitando el ensimismamiento de su primer encuentro.
Él le tendió una mano, que la joven aceptó y usó para ponerse en pie tras recoger los libros.
- ¿ Así que vas a Algiers Point a menudo ?
Áurea desplazó la mirada de las ediciones que estaba colocando para echarle un vistazo. ¿ Estaba preguntando por aquella noche ?
- Así es. No es que me guste cruzar toda Nueva Orleans en autobús, pero el chico con el que fui la última vez - él asintió rápidamente, en señal de que lo recordaba - tiene una especie de obsesión con Dark End.
Al acabar la frase, se estiró de puntillas todo lo que pudo para tratar de alcanzar la balda más alta. Sin éxito.
La mano de él agarró el par de libros que necesitaba colocar, y sin apartar la mirada de la suya, los puso sin esfuerzo en lo alto de la estantería.
Áurea se concentró en mantener constante su respiración.
- ¿ No te gusta esa parte de la ciudad ?
- No es que no me guste... pero no puede compararse con el Barrio Francés- le corrigió y se alejó un par de pasos atrás, evitando su mirada y su cercanía.
Apartó un mechón de pelo rebelde de su rostro, acalorada. Siguió ordenando libros, pero él no se movió, con la mirada clavada en cada uno de sus movimientos.
Intentó olvidar que estaba allí, ignorando los nervios que le provocaba su presencia, hasta que ya no pudo con más tensión.
- ¿ Has venido por un libro o para charlar ? - preguntó con una pequeña sonrisa, para no sonar tan agresiva.
Él se enderezó, encogiéndose de hombros.
- Puede que un poco de ambas.
Por un momento, Áurea envidió la naturalidad y tranquilidad con la que hablaba. Como si hubiera tenido siglos de práctica y no hubiera nada que pudiera alterarle.
Volvió al mostrador, con él pisándole los talones.
- ¿ Qué tal si dejamos la charla para un café después ?- sugirió sin pensarlo demasiado.
Se hizo silencio, solo interrumpido por las idas y venidas de Hansel, que en el fondo, Áurea sabía que estaba espiando toda la conversación. Pasaron varios segundos, y ella llegó a pensar que había sido demasiado atrevida para proponer eso.
- Hoy no puedo... - rechazó su proposición rascándose la nuca, y se sintió algo decepcionada. Eso sonaba a excusa... - ¿ A qué hora acaba tu turno mañana ?
Esperanzada, y con el corazón brincando de alegría, Áurea contestó rápidamente :
- Mañana tengo turno de tarde, habré acabado sobre las ocho.
- Un poco tarde para un café- objetó chasqueando la lengua- ¿ Qué tal una cena ?
"Dios mío" , pensó Áurea. La cosa mejoraba por momentos.
- Me parece perfecto.
- Bien, pasaré a recogerla sobre esa hora - informó, y Áurea deseó que el día pasara rápido.
- Espera, ¿ no venías también por un libro ? - lo detuvo antes de que se fuera.
- En realidad - dijo esbozando una sonrisa traviesa que superaba mil veces la de Mark - Ya he conseguido todo lo que quiero. Nos vemos mañana.
Y sin más, desapareció.
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Eternity
VampireHas vivido toda una vida. Ahora tienes la oportunidad de vivir miles. [Somos las criaturas que aparecieron en tus pesadillas una vez] GANADORA CONCURSO SINSAJO 16