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2009

Ni una sola vez, el mayor de los Mikaelson había faltado a una de sus promesas.

Y había hecho muchas.

Y no quería hacerlo.

- No hay otra opción, hermano- dijo Rebekah, poniendo una mano sobre su hombro - No puedes ir a verla.

El Original miró por la ventana, melancólico.

Sabía que le estaría esperando. Y de solo imaginársela allí, sola, llorando bajo la lluvia, comprendiendo que se había ido, se le partía el corazón.

- No es justo, lo sé - continuó Rebekah, al ver que no decía nada - pero si lo que dice Kol es cierto, si de verdad Niklaus sabe que estás... acercándote tanto a alguien, es lo mejor, para los dos.

- Sobre todo para ella. Porque si no la mataría.

La Original sufría al verlo tan afectado. Era tan obvio que estaba enamorado de ella...

- Ya sabes lo mucho que nos persiguió Niklaus a Marcel y a mi. Lo mucho que sufrimos. No quiero que te pase lo mismo a ti, 'Lijah.

El vampiro despegó la mirada de la ventana de su dormitorio y la miró. Su hermana tenía los ojos llorosos. Y eso, no pasaba nunca ; Rebekah era demasiado orgullosa como para que los demas vieran su dolor de esa forma.

- Gracias, Bekah - suspiró, dándole un abrazo - Ahora quiero estar solo, si no te molesta.

- Claro - asintió palmeando su espalda, y deshizo el abrazo. Se detuvo en la puerta para decirle - Volverás a verla, Elijah, esto no es un adiós. Solo tienes que esperar.

Él asintió. ¿ Qué era esperar para un vampiro tan mayor como él ? Nada. ¿ Qué era esperar para poder estar con ella ? Una eternidad.

Antes de que la rubia desapareciera por completo, la llamó para pedirle un último favor.

- ¿ Rebekah ?

- ¿ Sí ?

- Ve a verla. No tienes por qué hablar con ella... solo asegúrate que llega bien a casa.

La chica accedió, y tras mirar por última vez a su hermano, corrió escaleras abajo.

- ¿ A dónde vas, Rebekah ? - preguntó Klaus entrando en la mansión con aire de sospecha.

- A comprar ropa- respondió inocentemente - ¿ te vienes ?

El híbrido Original ocultó su expresión aterrorizada.

- Creo que antes preferiría enfrentarse a todos sus enemigos de nuevo, hermanita- bromeó Kol, contestando en su lugar, y ella sonrió satisfecha y se largó a toda velocidad.

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