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Con Kol pisándole los talones, Áurea llegó hecha una furia a la mansión Mikaelson.

El suelo parecía temblar bajo sus pies, y estaba segura de que, si eso fuera posible, casi podía verse el humo saliendo por sus orejas.

- ¡ ELIJAH ! - gritó estrellando la puerta contra la pared.

- Áurea, Elijah está reunido ahora mismo, creo que será mejor no interrumpir - aconsejó Kol, en un vano intento por suavizar la situación.

Pero ella no le hizo ni el más mínimo caso.

- ¡ Elijah ! - volvió a chillar.

Decir que estaba cabreada era poco.

Finalmente, las puertas del salón de conferencias del piso de abajo se abrieron, y el Original salió seguido de un variado grupo de vampiros.

Confundido, miró a Áurea. ¿ Por qué gritaba de aquella forma ?

Los otros no-humanos los miraban con curiosidad. LA miraba con curiosidad. Era obvio que entre ellos dos pasaba algo.

- Gracias, caballeros, señoritas, nos vemos el mes siguiente - se despidió con gentileza, y los vampiros no se demoraron en salir escopetados de la mansión.

- ¿ Convenciendo a los líderes de otros barrios, 'Lijah ? ¿ Cuando aprenderás que las cosas se consiguen más rápido por la fuerza ?

El Original rodó los ojos ante el comentario de su hermano menor.

- Kol, lárgate - ordenó Áurea, casi incapaz de controlar su furia.

El vampiro alzó las manos en son de paz, e hizo una cómica reverencia.

- Como desee, mi señora.

Los dos se quedaron solos.

Elijah cambió su postura a otra aún más elegante, con una mano guardada en el bolsillo del pantalón y la otra moviéndose en una floritura que señalaba a su alrededor.

- ¿ Qué ha sido todo esto ? ¿ Qué ocurre ?

Áurea no contestó. Sacó el móvil de sus vaqueros, tecleó un par de cosas y se lo lanzó con brusquedad.

Elijah lo cogió al vuelo, gracias a sus buenos reflejos. Observó la pantalla extrañado.

- ¿ Qué es esto ?

Y suspiró. Así que ese era el tema...

Notó cómo Áurea se enfadaba por momentos, y supuso que estaba a punto de explotar.

- Antes de que digas nada - comenzó - yo no...

- Los mataste- lo ignoró ella- Los mataste.

- Tú no te viste sumergida en un charco de tu propia sangre- se defendió él.

- Ese no es el caso, ¡ mataste a tres personas !

- Vampiros - corrigió.

Áurea lo miró dolida. Porque le dolía que él hubiera hecho aquello.

- Tú eres un vampiro - espetó- y tú no eres como ellos. No te conviertas en ellos.

- ¡ Yo ya soy como ellos ! - soltó cansado de tanta reprimenda, a la que no estaba acostumbrado - Soy un vampiro, Áurea, V-A-M-P-I-R-O . ¿¡ Es que has olvidado lo que eso significa ?! Soy un depredador, y busco a mis presas. Y cuando las encuentro, las cazo. Es así de simple. Y si no te gusta, si no puedes soportarlo, ahí tienes la puerta.

El silencio se hizo después de aquella última frase. La tensión crecía a la par que pasaban los segundos.

- La has cagado, hermano - susurró Kol al otro lado de la pared, de forma audible solo para un oído vampiro.

Áurea tragó saliva. Tragó dus palabras. Tragó su orgullo. Tragó sus gritos. Tragó su dolor.

Y con la dignidad que le quedaba, se dió media vuelta sin decir una sola palabra y salió, dejando la puerta abierta para que él la viera marcharse.

EternityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora