En la actualidadAquel día todo era de un mismo color.
Perfectamente gris, ni muy claro, ni muy oscuro. Un gris vulgar.
Odiaba los días grises. Y era un odio que la hacía muy desdichada, porque la mayoría de días tenían ese tono. Era verdaramente exasperante.
Áurea no sabía que hacer para escapar de su aburrido verano.
Viernes noche, sola en su pequeño apartamento, con un cubo de helado de chocolate y una película horriblemente pastelosa en la televisión.
Para colmo, la ropa se le pegaba a la piel, debido a la falta de aire acondicionado.Casi tenía ganas de que empezara la universidad. A decir verdad, no había nada mejor que hacer. Estar aburrida, tirada en la cama, mirando al techo no era precisamente un plan estupendo para las vacaciones de verano. Se sentía la joven más penosa del mundo.
Así que decidió dejar sus cavilaciones para otro momento y salir a animarse un poco. A intentar parecer normal.
Dirigió una mirada reprobatoria hacia las chicas de la discoteca, tiradas unas sobre otras sin apenas poder mantenerse en pie sobre sus enormes tacones y borrachas como una cuba.
Gracias a dios, ella aún sabía cual era la diferencia entre ser atrevida y ser un foco de problemas esa noche. De solo imaginárselas conduciendo o caminando solas hasta casa... quien sabe qué podría pasarles.
El barman preguntó si le apetecía otra copa.
Ella sonrió sinceramente, volviendo su atención a él, y se despidió , decidiendo que ya era suficiente.
Si había aguantado aquí tanto tiempo, había sido por él. El chico que atendía solo la bulliciosa barra tenía una voz anaranjada. No lo suficiente como para suponer una sorpresa, pero al menos, destacaba sobre los demás.
No siempre fue tan escrupulosa. Pero con el paso del tiempo la sinestesia comenzó a afectar en la forma en la que se relaccionaba con la gente.
Gracias a su enfermedad, podía detectar si una persona mentía, cambiaba de estado de ánimo... y cómo era ese individuo en realidad.
Cada uno está caracterizado por un color en el tono de voz diferente, aunque en muchas ocasiones se repiten. Ella había aprendido a distinguir con quienes le convenía relacionarse según sus matices.
La verdad es que era algo bastante útil, y no lo consideraba como una desgracia, sino como una ventaja. Aunque admitía que podía hacerla parecer loca y desequilibrada.
Se lavó la cara en el baño antes de ir a la cama. La pálida chica del otro lado del espejo le devolvió la mirada verdosa. Aquella chica fue una vez impulsiva, divertida y alegre, el alma de toda fiesta. Ahora, generalmente estaba sumida en un halo de pesimismo.
Hacía ya tiempo que sus esperanzas de que el ser humano estaba a tiempo para salvarse habían desaparecido. No tenía más que salir a la calle y escuchar colores ; Gris, negro, marrón, de nuevo gris...
Todos ocultos bajo la fachada de buenas personas, bajo sus trajes caros y sus deslumbrantes sonrisas. Pero no, ella sabía que no lo eran en absoluto."Ya estás exagerando otra vez, Áurea. El mundo no va tan mal."
Suspiró y apartó la mirada del espejo, incómoda ; Ya no podía reconocerse a sí misma.
Volvió a meterse en la cama, no sin antes apartar todo rastro de mantas y sábanas que pudieran darle calor.
"Y mientras nos digamos eso, y sigamos ignorando lo que pasa a nuestro alrededor, nada mejorará. Porque, según nosotros, no habrá nada que mejorar".
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Eternity
VampireHas vivido toda una vida. Ahora tienes la oportunidad de vivir miles. [Somos las criaturas que aparecieron en tus pesadillas una vez] GANADORA CONCURSO SINSAJO 16