Capítulo 11

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«Estámos en la vida con un propósito, ahora dime, ¿Cual es la emoción si no lo cumplimos?»

Elizabeth Evans.

Mordí mi labio nerviosamente, Dios, acabo de besar a Connor Spinelli. Mi vista estaba puesta en la ventanilla, desde que nos separamos ninguno dijo nada, cada uno por su lado.

Suspiré y enredé mis manos en mi regazo, decidí hablar.

-Em... Yo... ¿A donde vamos? -estúpida. Mi mirada estaba puesta en el piso de la camioneta mientras esperaba su respuesta.

-A tu casa, obviamente. -subí la vista y lo miré. Me desconcertó su respuesta tan cortante. Sabía que iba a venir algo así pero...

No hay peros, Elizabeth.

Decidí no contestar. Asentí y volví a mirar al suelo.

-Elizabeth. -me llamó, lo miré su cara estaba desencajada, sus facciones enfurecidas y sus puños apretados, no tenía que ser muy inteligente pata darme cuenta de que estaba cabreado, pero, ¿Por qué?

-¿Qué? -respondí a la defensiva en tono altanero.

-Esto no se volverá a repetir. -lo sabía. -Lo que hicimos fue un error, no debí besarte, yo... Me dejé llevar.

Lo único que hice fue asentir con la cabeza, no es como que esperara que todo estaría bien después del beso. No soy idiota, bueno sí, pero no en ese sentido.

Los hombre suelen ser incluso más prejuiciosos que las mujeres, más cuando hay tanta fama de por medio, está el prejuicio social del qué dirán.

Sería muy interesante, ¿No? Una gorda y un atleta. Bastante... Inusual.

Y no me sentía mal por eso, muy pocas cosas lograban herirme, entre esas el tema familiar pero del resto me daba muy igual. Cuando uno aprende a quererse, no le da importancia a lo que dicen los demás porque sabemos nuestro valor, y nadie puede opinar en ello.

La ventanilla a mi lado mostraba un sol resplandeciente y un cielo cargado de nubes blancas. De niña siempre pensé he imaginé que las nubes me seguían, también jugaba junto a mis primos a imaginar que forma tenía cada una de ellas.

Aveces me pregunté si las nubes nos miran y dicen: "Ese tiene forma de idiota".

Una risa estúpida por mis pensamientos salió de mis labios, Connor me miraba con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados. Imite su acción provocando su risa.

Dios, debemos dejar de ser tan bipolares.

-Eres un gilipollas. -le dije riendo. Muchas personas pensarían que me cabrearia o algo por el estilo, pero no, sabía que esto iba a suceder así que...

No me arrepiento de nada. Hay que vivir el momento, las cosas pasan una sola vez en la vida y todas tienen un porqué.

No debemos hacernos ilusiones con nadie ¿Saben que es lo peor? Llegar a pensar que tienes una oportunidad con alguien para luego darte cuenta que en realidad no la tienes. Desperdicias tu tiempo con alguién. Desperdicias tu tiempo pensando en esa persona a cada momento. Desperdicias tu tiempo esperando un mensaje o una llamada suya. Desperdicias tu tiempo preguntándote si él también piensa en tí. Cuando sabes que en realidad no es así. Mientras tú haces de esa persona tu prioridad él te ve como una opción, o a veces ni eso.

Los hombres juegan con nosotras. Entonces, ¿por qué nosotras no jugamos también con ellos? Lo que es igual, no es trampa.

Y quien este libre de pecado que lance la primera piedra. ¿No?

Y mira que con unos labios como los suyos cualquiera pecaría.

-Puedo decir exactamente lo mismo de ti, Elizabeth. -me dijo con una sonrisa, al parecer él quiere hacer como que nada hubiese pasado.

No contesté tomé mi teléfono móvil del bolso y me dispuse a abrir la aplicación de Instagram. Miré las fotos de todos mis compañeros y compañeras, todos con cuerpos formados y marcados.

Bah, yo también tengo el abdomen marcado... Por la liga del calzón.

Connor tocó mi hombro izquierdo, guardé el teléfono y lo miré.

-¿Qué vas a hacer esta noche? -preguntó viendo su teléfono, como si le diera igual. Bufé y rodé los ojos.

-Voy a salir con unos amigos. -Y es cierto, saldre con Nathaniel quien aún sigue de intruso en mi departamento, con Harper y José.

Connor me miró y apretó los puños, creo que debí haber dicho amigas.

-Ah. -maldito bipolar de mierda.

Un beep me avisó que me había llegado un mensaje.

⇨◇-◇-◇-◇-◇

Harper: Señora olvido...
Recibido 06:30pn

Yo: Señora "lo lamento pero no tengo tiempo."
Enviado. 06:31pm

Harper: ¡Oye! No pienso visitar tu departamento mientras que la cosa que tienes por hermano esté ahí.
Recibido. 06:32pm

Yo: ¿No piensas superarlo nunca?
Enviado. 06:33pm

Harper: Probablemente no...
Recibido. 06:34pm

Yo: Yo sé qué te gusta.
Enviado. 06:35pm

Harper: ¡Claro que no! Dios me cuide.
Recibido. 06:36pm

Yo: Eres una exagerada.
Enviado. 06:37pm

Harper: Kyc.
Recibido. 06:38pm

✔✔

⇨◇-◇-◇-◇-◇

-¿Y con quién piensas salir? -pregunto duramente. Sonreí al notar que ya habíamos llegado a mi casa. Los seguros se abrieron y empecé a tomar mis cosas.

-Con mis amigos, ya te lo dije. -contesté con aburrimiento. No le dí tiempo de hablar cuando abrí la puerta de la camioneta y bajé. -Por cierto, gracias por traerme. -le guiñé un ojo y corrí hacía la entrada.

Abrí la puerta de entrada y suspiré al entrar. Dejé las cosas en la mesa del comedor y me quité los tacones para después lanzarlos por alguna parte del departamento, Nate esta en clases por lo tanto tengo unos minutos de privacidad.

Lo primero que hice fue ir a cambiarme y darme una muy buena y relajante ducha. Después de estar lista comiendo una asquerosa galleta de soda dietética con crema baja en grasas trans me puse a pensar en todo con mayor claridad.

Llevé mis manos a mis labios y sonreí.

Bueno, besé a mi Crush de infancia, ¿Quién lo diría, eh? Al parecer, los deseos si se cumplen.

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