Capítulo 31

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«La atracción mental es mucho más fuerte que la física, de una mente no te libras ni cerrando los ojos.»

Connor Spinelli.

Mirando fijamente a Elizabeth, sonreí, sonreí como nunca antes, demonios incluso me dolía la cara.

Su mano estaba fuertemente entrelazada con la mía y ella seguía riendo.

-¿Bien? -le pregunté mientras seguíamos caminando.

-Sí... Connor, ¿a donde me llevas?-preguntó riendo, la miré, siempre estaba hermosa pero hoy tenía algo que me volvía completamente loco.

-Despacio, despacio, aquí hay arena, cuidado. -La guíe. -Vé pensando, eh.

-Sí, estoy pensando.

-Ve imaginando algo en tu cabecita.

-Hay piedras, arena... -ella siguió enumerando.

Me acomodé cuidando de ella sin soltar su mano, estaba vendada de ojos por lo que podía tener un accidente así que me preocupé porque nada le pasara, sí, me preocupé. Ya no podía negarlo más, ya no serviría de nada.

Estaba enamorado de Elizabeth, estaba enamorado hasta los cojones.

-Ya casi llegamos mi morena, espera un poco más. -ella confiando en mi, apretó más fuerte mi mano. La arrastré, literalmente, hacia el solitario muelle. Las olas de empezaron a escuchar y la típica brisa marina característica de Alabama se intensificó.

-¿La playa?-preguntó, traspasamos la última parte del bosque por donde entramos a el lado costero del muelle.

-Cerca.-subí el muelle, lentamente la hice subir con mucho cuidado.

-¿Madera? ¿Mar? ¿Brisa? ¡Ay, no me digas que...! -la tomé de piernas y caminé con ella rápidamente donde nos esperaba mi yate. La volví a depositar en el suelo, ella se sacó la venda de los ojos y miró en frente de ella. No podía perderme cada una de las emociones que pasaban por su rostro, era increíble, un espectáculo digno de admirar, sus dos ojos marrones brillaron de emoción.

-¿Te gusta? -le pregunté, ella miró al yate y luego a mi, ahí se quedó su mirada, perdida en mis ojos, sin decir nada se acercó a mí y dejó un beso en mis labios, sólo un mordisco que me dejó con ganas de más. Caminó hasta el yate emocionada y yo la seguí.

Thane, un amigo de confianza a quien le había pedido que alistara el yate estaba ahí al lado de este. Elizabeth soltó un gritico de emoción y yo no pude sonreír más.

-¿Listos para la emoción? -preguntó y Elizabeth chilló un poco.

El moreno delgado de cabello castaño con ropas deterioradas nos sonrió amigablemente, ví como Elizabeth lo miraba así que de lo presenté.

-Te presento a mi hermano, el guarda secretos como nadie en el mundo.

-Hola... -dijo Elizabeth juguetona. Le dió un pequeño abrazo y se alejó. Thane sonrió encantado con Elizabeth, Thane era como mi hermano, confiaba en él plenamente. Él me dió una sonrisa cómplice y asintió de acuerdo, aprobó a Elizabeth, no la juzgó, por ese motivo era mi mejor amigo, y aunque no tenía un montón de dinero ni un montón de lujos él era feliz, viviendo en el pueblo dedicándose a la pescadería.

-Gracias. -lo abracé, él me devolvió el abrazó y palmeó mi espalda.

-No hay de qué, hermano, sigue así, se ve que es una mujer increíble. No la dejes ir, Connor. -dijo en mi oído y se alejó, me guiñó un ojo y sacudió la mano hacia Elizabeth.

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