Capítulo 41

4.5K 405 48
                                        

«Todo lo que fue de los dos son ecos de amor.»

Connor Spinelli.

—Papá no, no quiero hacerlo. —musité, metiendo las manos en mi cabello, jalé este buscando controlar de alguna manera lo que estaba pensando, pero no podía.

Sus ojos azules aún más oscuros que los míos me miraron de una manera escalofriante.

—No te estoy preguntando si quieres o no, te lo estoy exigiendo, Connor. Hijo, reacciona, ella no es para tí, simplemente no está a tu nivel. —cerré los ojos con fuerza al escucharlo decir aquello.

—¡Entiende! —sin poder controlarme me levanté y arrojé la silla al suelo. Una impotencia surgía en mi pecho y corría por todo mi cuerpo. Sin detenerme a pensar las consecuencias empecé a gritarle a mi propio padre. —¡La amo! ¡La amo malditamente demasiado! ¡Elizabeth Evans es mi jodida vida!

Él rió sin humor y me miró como si no me conociese.

—Eso no es amor, hijo mío. Sólo estás confundido, confundes las cosas. Quizás te excita lo prohibido, lo que no puedes tener, lo que no debes tener. —caminó hacia mí y me tocó el hombro derecho. Me volvió a mirar antes de alejarse y caminar de un lado a otro. —Esta es una buena decisión, una jugada inteligente, ya tenemos a la prensa encima de nosotros, indagan un poco más y se van a topar con todo esto, es mejor darles una pequeña distracción. —gemí de frustración, no, no, no.

—No quiero hacerlo, que salga la verdad a la luz y ya. No estoy avergonzado, padre. Elizabeth Evans es la mujer de mi vida, no me importa que el jodido mundo se entere, incluso es mejor aún, así saben que no deben acercarse a mi mujer. —con pose decidida hablé lo más fuerte que pude.

—Hijo mío, déjate de tonterías. Piensa, al saberse la verdad te van a dejar de seguir, de alabar. Imagínate la desilusión de esas personas al saber que su Dios del fútbol cayó ante una gorda, te verán como un loco...

Lo interrumpí antes de que siguiera diciendo estupideces.

—¿¡Que tiene que ver eso!? ¿Acaso la gente puede ser tan mierda como para juzgar a una persona a la cual ni siquiera conocen? ¿Que tiene de malo ser gorda? ¿Acaso es un jodido pecado? ¡No, no lo es! —me acerqué a él y lo miré furiosamente. —¿Sabes que es aún peor? Que juzgen a una persona por su físico, sin saber lo increíble que puede ser, que puede voltear tu maldito mundo de mierda de cabeza y hacer que nada vuelva a ser igual si no estás a su lado. Ella hace que los días se vean diferente, ella puede pintar un jodido mundo oscuro y convertirlo en el maldito arcoiris más hermoso. ¡Y joder! ¡Sus curvas! ¡Esa mujer tiene unas curvas que te hace desear perderte en ellas, besarlas desde donde empiezan hasta donde terminan! ¡Carajo de solo pensarlo ya me hace desear estar a su lado! —me acerqué más a él y hablé al nivel de su cara. —Hacerla mía una y otra vez porque solo ella tiene una puta manera de moverse que vuelve loco a cualquiera,  a su lado sentía que caminaba en el mar, podía parar el tiempo, acelerar, repetir con un simple movimiento. Podía quitarme la vida y nacer de nuevo, porque el paraíso donde a donde iría no sería tan bueno. Es perfecto, como si de un cuento se tratase, podía hasta crear un defecto, por si lo perfecto me asustase. El hecho es que por un instante entré en razón no estaba soñando, estaba haciéndole el amor. Padre, si eso es estar loco pues encierrame ya en un jodido manicomio porque estoy malditamente loco por Elizabeth Evans.

Sonriendo me alejé triunfante.

Su mirada cayó y con una cara de tristeza se alejó, tomó algo de la mesa. Un sobre.

—El amor es mal consejero, hijo, nubla la consciencia y ciega hasta el punto donde no vemos las cosas como realmente son. —fue lo único que dijo, se acercó a mí y me dió el sobre en mis manos. No lo abrí aún.

—¿Acaso no es eso lo bello del amor? Que el mundo se vea perfecto y los problemas como si no existieran.

—Pero existen y son muy reales. Ábrelo. —me ordenó.

Lentamente abrí el sobre y lo que había ahí fue lo que me impulsó a hacer todo lo que hice, lo que dije, me impulsó a meterme tres jodidas bolsas de cocaína por la nariz. Casarme y al segundo día de la boda visitar la casa de Elizabeth, ese sobre fue el que acabó con todo lo bueno que había en mi vida.

∆|∆|∆|∆|∆|∆|∆|∆|∆|

Lol, estaba escuchando rap cuando escribí este capítulo.

Sé que no es muy bueno y que está corto pero al menos sabemos un poco de lo que pasaba antes por la mente de Connor.

¿Que creen que haya contenido el sobre?

Prometo que el próximo capítulo será muy explosivo, saldrán las verdades a la luz y Connor va a sufrir como nunca antes.

EstereotiposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora