Capítulo 48

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«Madurar es ser consiente de que tu peor enemigo eres tú mismo.»

Connor Spinelli.

—Oficialmente aquí termina el papeleo del divorcio, están separados. —terminó mi abogado y sonreí.

Después de nueve meses de papeleo por fin estaba divorciado.

—Gracias, Alexa. —le dije con una sonrisa a mi ya-no esposa. Ella me devolvió la sonrisa y me tendió la mano. Ella y yo nos habíamos vuelto una clase de amigos, me ayudó bastante en todo este tiempo, pensé que sería más difícil pero fue muy sencillo.

—De nada Connor, espero que consigas la felicidad. —y automáticamente mi mente viajó hacia Elizabeth y mi bebé, joder, la conseguiría, sí.

Acepté su mano y la estrechamos.

—Igualmente a tí, Alexa, espero que encuentres el amor verdadero. —le sonreí, ella asintió.

—Más te vale buscar a Elizabeth, eh, ¡Porque sino yo misma voy y te jaló de las orejas! ¡Prometemelo! —me dijo ella, reí y alcé las manos al aire.

—Vale, vale. Lo prometo.—murmuré, ella sonrió satisfecha.

—Ya me voy, adiós, Connor. —ella besó mi mejilla y se alejó. Suspiré de felicidad.

¡Joder! ¡Lo logré! ¡Lo logré!

—Jefe, afuera está inundado de paparazzi, lo mejor será que salgamos por la puerta trasera, ahí hay muy pocos. Ya se enteraron de la noticia y desean una primicia. —demonios.

—Está bien, vamos, tengo prisa. —él asintió y juntos salimos del bufete. ¿Que ironía, no?

Al salir miles de fotos me atacaron, gente con cámaras, carpetas, apuntes, micrófonos, todo, estaban ahí y me atosigaban a preguntas.

Connor Spinelli, ¿es cierto que se acaba de divorciar de la multimillonaria rusa Alexa Miller?”

“Connor Spinelli, ¿es verdad que tuvo un romance con una chica talla grande? ¿qué le vio?”

“¿Qué sucedió con su padre? ¿A cuántos años de cárcel fue condenado?”

“¿Es verdad que empezó a llorar en medio de la calle cuando la chica lo dejó?”

“¿Es cierto que Elizabeth Evans está embarazada?”

Y sin responder a ninguna de las preguntas subí al coche. Lo más rápido que pude manejé mi nuevo Lamborghini murciélago en color negro. Las camionetas negras de mis guardaespaldas me seguían de cerca.

Sin pensarlo dos veces aceleré y fuí rumbo a mi casa. Ahí estaba mi nueva mansión, esa que había comprado con un solo propósito y por primera vez entraría.

Abrí los grandes portones eléctricos, los guardias de la entrada me hicieron una seña y me saludaron, entré a lo que parecía un castillo.

Un castillo sin su reina.

Moví la cabeza y saqué esos pensamientos de mi, estacioné y tomé los papeles de la clínica y del divorcio del auto.

Caminé a la gran entrada, entré y todo el servicio me recibió, les saludé y caminé hacia la habitación, cerré la puerta y tiré los papeles en la cama.

Connor Spinelli rehabilitación por siete meses en la clínica privada de Alabama, Florida.

Cumplido.√

Connor Spinelli y Alexa Miller divorciados.

Cumplido.√

Nueva casa, coche seguro, recámara de bebé.

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