Después de descubrir por completo el negocio turbio de su familia, Gibran Palacios es enviado junto con los primogénitos del clan, a Miami, Florida, con el único objetivo de mantenerlos lejos de sus enemigos y a salvo del peligro.
Sin embargo, esto...
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Por fin logré concentrarme en clases y dejar de pensar en lo que sería una vez que terminaran las clases, fui a tomar el almuerzo y ni Gibran ni su séquito de metaleros aparecieron, fue un alivio, creo que ya entendió que entre más separados estemos, mucho mejor.
- Ya le dije a Renny, dice que con mucho gusto atenderán a tu hermano saliendo, pero como Gibran está castigado, tendrás que habar con él tú.
- ¿Por qué? Renan puede hablar con él. Dime que sí puede - la miré suplicante.
- Dijo que no lo aceptará... Va a querer que supliques
- Maldito desgraciado.
- él ya le dijo y que Gib le dijo... cero abogados
- Esto es increíble, es tan maldito que se aprovecha de esto para joderme - me eché para atrás en mi asiento - pero que adorable.
- también tienes algo de culpa linda.
- No te pongas de su lado, Barbara suficiente con que mi hermanito lo quiera meter en mi casa.
- es la verdad, si no lo hubieras provocado.
- ¿Yo a él? Fue él que provocó todo esto, sino se hubiera metido conmigo, ninguno de los dos estaría castigado y no tendría que estar forzada a pasar tiempo extra con él.
- tú lo besaste también... Mintió y dijiste que tanía razón.
- ¿Sabes que? Dejemos pasar el tema, estoy harta de él.
- Está bien, entonces lo otros hablarán con tu hermanito pero tú tendrás que hablar con Gib.
- ¿Y si me reporto enferma? - pensé cerrando un ojo - Sería un buen modo para huir.
- por tu hermanito... Lo vale.
- Lo sé, no quiero hacerlo pero se trata de Tony -rasqué mi nuca cerrando mis ojos - maldición
- Ni modo, suerte en la salida.
- Y vaya que lo voy a necesitar...
Estuve todo el tiempo pensando en lo que pasaría, terminó la clase y caminé a la salida, en donde me encontré con mi hermano.
- Hola hermana, en dónde están las estrellas.
- Siquiera saludame como se debe - me agaché señalando mi mejilla - primero mi beso - resopló y me dio un rápido beso - me conformo con eso.
- Hola Sam, aquí vienen los chicos, hola Tony, besame.
- Si claro porque todas quieren un poco del adorable Anderson - rodó los ojos haciéndonos reír.
