Después de descubrir por completo el negocio turbio de su familia, Gibran Palacios es enviado junto con los primogénitos del clan, a Miami, Florida, con el único objetivo de mantenerlos lejos de sus enemigos y a salvo del peligro.
Sin embargo, esto...
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Aunque realmente no quería que Gib participara no me quedó de otra más que sonreírle y echarle porras. Claro, no podíamos seguir la competencia como a cualquiera de los presentes le hubiera gustado, pero por algo existe la cajita mágica ¿no? Era todo un mega evento de algo que por completo desconocía y que hacía correr mi corazón como nunca, es más, creo que perdí unos cuantos kilos de los nervios cada vez que lo veía brincar, en más de una ocasión tuve que cerrar los ojos. Mis primos por otra parte fueron los que más gozaron de la competencia y claro, cuando eres un loco como ellos, todo lo arriesgado te enloquece a su nivel.
- ¿Viste eso? Jamás había practicado esa vuelta - ladea la cabeza - salió bien. - me dice mientras sonríe más orgulloso que nadie en el lugar.
- Sí, fue increíble - casi me provoca un desmayo, se los juro - ¿Habrá otra de estas? Digo, para ir preparando mis nervios.
- Si paso a la final, que claro que será así, tengo que venir a participar, suelo ganar todo en lo que compito - me besa la mejilla.
- Ay por favor, ni siquiera nuestros padres son así de cursis - dijo Oliver en tono burlón.
- ¿Qué tanto te gusta la sangre, eh? - alzó las manos a modo de paz.
- ¿Qué les pareció eso amigos? - estrechan puños, varones.
- En mi vida había visto algo tan genial como eso - meneó la cabeza - bueno, no que se considere legal del todo. Creo que debería ir marcando la siguiente fecha en mi calendario. - desvió la mirada hacia una chica no tan mal, luego pasó su mirada hacia mí - Somos tus primos, no lo olvides ¿okay?
me reí - No prometo nada si no lo quiero así.
- Eso estuvo genial hermanito - Gib se giró de inmediato, detrás de él estaba toda su pandilla, pero con más gentes que yo no conocía, la chica saltó sobre él y la recibió con mucho gozo, entonces tragué saliva, mucha saliva cuando me di cuenta que era la hermana.
- Ainhoa, no esperaba que vinieran.
- Ya sabes lo que dicen, sorpresa es sorpresa.
- Bien hecho primo - saluda a la otra chica que se va de largo a saludar a Ren, ya la pillo, es la hermana, Barbara retrocede.
Gib abraza a sus dos hermanos y me mira - Sam, te presento a mis hermanos, él es Salvador, seguro lo has visto en alguna revista.
Me quiero morir, sin embargo me insto solita a hablar - Hola, encantada de conocerte, Gib me ha contado mucho sobre ti.
- Un gusto Samantha, Gib también nos habló de ti - lo mira, pero claro que le habló de mi después de esa juerga cuando se fue.
- Ella es mi hermana Ainhoa.
- Ya habíamos hablado por teléfono, ¿cierto? Linda blusa. - porque siempre es bueno usar muletillas cuando no sabes qué decir.
Ella se acercó a mi fingiendo darme un abrazo - Si vuelves a lastimar a mi hermano, yo te voy a lastimar mucho - me susurró y después me sonrió - me da tanto gusto verte contento - le dijo a Gib que sonrió, en efecto, contento.
