Después de descubrir por completo el negocio turbio de su familia, Gibran Palacios es enviado junto con los primogénitos del clan, a Miami, Florida, con el único objetivo de mantenerlos lejos de sus enemigos y a salvo del peligro.
Sin embargo, esto...
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Antes pensaba que organizar una boda no era tan difícil como siempre lo hacen parecer y aunque la nuestra no será ultra mega extravagante, eso no quita que haya muchas cosas por ver. Mi mamá ya había hablado con el tío Dennis, eso me quitaba un peso de encima, algunos contactos de mi tía Nath me enviaron fotos de cómo estaba quedando el lugar (las hermosas ventajas de tener una tía con buenos contactos y dinero de sobra), el florista se había esmerado con su trabajo y mi vestido estaba a horas de llegarme. Tener a abue Vero y tía Tessa conmigo en el proceso fue de gran ayuda y el que papá siguiera tratando bien a mi sol oscuro era bastante tranquilizador. Ahora solo me falta resolver el tema de mi dama de honor.
- ¿Rojo? ¿De verdad? - negó - Lo siento pero no me convence la idea de usar un vestido negro con cinto rojo.
- Es un clásico y, lo más importante, es que resalta tu figura. Podrías ser la siguiente en casarte que no se te olvide.
- Ayaja - rió - si como no. - bajó de la pequeña plataforma - Mejor iré a ponerme el otro vestido, ese con el que puedo caminar.
Supongo que para este punto ya se dieron cuenta de que la exageración es parte de esta familia ¿no? - Que sea rápido porque aún tengo que hacer un par de llamadas ¿me oíste?
Gib se encontraba del otro lado de la boutique, haciendo caras y negando, Sam miró a Gib - No quiero esto - el traje era elegante, se ve guapo.
- Te ves bien primo - le digo contenta.
- Oye, si ella me hará usar tacón de aguja, tú puedes usar un traje.
- No es obligatorio pero te verás más linda - aclaré.
- Uso trajes, pero éste es demasiado... Fresa.
los tres nos reímos y me le acerqué - ¿Cómo es que le ves cara de fresa? Luces bien.
- No puedo creer que me quieran poner un traje negro con tonos rojos, es fúnebre tirando a fresa, no podría ser, no sé, menos satánico y fresa, negro y dorado ¿tal vez?
- ¡Exacto! - apoyó Sam - El negro y el dorado luce muy elegante, son colores que tienen un gran significado para algunas culturas como realeza y prosperidad y, hay algunos que lo consideran de buena suerte - sonrió - ¿lo ven? El dorado es mejor.
- No lo sé - miré a Reny - ¿tú qué opinas, mi amor?
- Mi mamá dice que me combina bonito - Gib mira a Ren esperando que asienta. - Ren, maldita sea, no voy a usar un traje de ese tono, es horroroso, el rojo no me combina, que sea dorado, dudo que le moleste a los demás, y si tienen problema lo hablarán conmigo.
- Está bien, que sea dorado, no tengo problema en cambiar el color de mi corbata.
Lo señala - Ese es mi primo.
- Pues bien, ya que tenemos decidido el color - al fin, jesucristo - solo hace falta que cierta señorita escoja su vestido - me le acerqué abrazándola por los brazos - ¿cierto, querida primita mía?
