Después de descubrir por completo el negocio turbio de su familia, Gibran Palacios es enviado junto con los primogénitos del clan, a Miami, Florida, con el único objetivo de mantenerlos lejos de sus enemigos y a salvo del peligro.
Sin embargo, esto...
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No les voy a mentir, el ver a mi papá platicando con Dennis fue tan raro que no puedo siquiera explicarlo, y no solo fue en el spa, parecían saber cómo entablar una conversación, al igual que mi madre con Teresa Smith, ésto pasa cuando los apellidos hablan por si solos.
El viaje de Atlanta a Miami fue tan placentero como pocas cosas lo son para mi en ésta vida, estuve adherido a Sam todo el tiempo, mendiga chivata, me enferma saber que me tenga bien agarrado de los cabellos, o como decimos en el pueblo, que me tenga cacheteando las banquetas.
Me despedí de mi chica, de mis padres y hermanos y volví a casa, Daniela y Leonardo estaban ahí, por lo que mi papá cruzó algunas palabras con él, yo no hice mucho caso y me acerqué a Daniel, todavía no puedo con lo que le hice.
- No puedo, Dani, lo intento.
- Gib, solo déjalo pasar, ahora sé que debo prepararme mejor.
- No debí, Dani, no fue tu culpa, y aunque sé que lo sabías, no tenías porqué decírmelo, esto es algo de dos, soy el primero en decirlo y ve mis chorradas - negué - lo siento Dani, en serio.
- ¿Qué tengo que hacer para que dejes de moler con eso?
- No lo sé, supongo que me durará unos días, aunque podrías solucionarme la vida.
- Solo quiero que sepas que ésto no tiene nada que ver con lo que ya habíamos pactado, tu plan, sigue en marcha, Alex nos reunió, está emocionado con esa parte de que es tu casi jefe de operaciones.
- Lo es, él está planeando todo, yo solo le pedí una entrada y me la dio, la salida va a depender de mi.
- No quisiera que algo saliera mal, te lo juro que no, si algo saliera mal y te pasara algo no me lo perdonaría.
- Yo tampoco me lo perdonaría, mis padres ya tuvieron suficiente, solo quiero que estén concentrados en su parte del plan, no arriesgar de más, y pues que la justicia nos ampare y proteja.
- ¿Eso fue un ducho de abogados?
- Eso creo, influencia de Demián, en fin - abordamos la camioneta, el camino a casa fue silencioso.
- Creo que vienen fritos ¿verdad?
- Un poco, solo un poco, mamá - respondió Dani mientras permanecía embarrado en el asiento, es hasta cierto punto, gracioso. Una vez en casa, cada quién fue a su habitación, les juro por mi vida que estaba dispuesto a dejar descansar al mundo de mi, hasta que recibí una inesperada, pero no sorpresiva llamada.
- ¿Ahora qué se te atoró, marica? - me reí.
- Vamos Fer ¿no te puedes poner serio conmigo?
- Oh, disculpa, es que tenía como un año sin saber de mi primo, el más desobligado, cuéntame, ¿cómo está la tía Perla y el tío Antonio?
- Mira, si quieres saber de ellos, puedes hablar tú o venir, estuviste en Europa un buen rato y jamás se te ocurrió pasar por Francia, el mal primo, es otro. - me dice con su ridículo acento frances, saco la lengua, dha.
