CAPITULO LXXX "LA LLAMADA"

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¿El mal de la familia Anderson? Ser demasiados tercos. Cualquiera hubiera pensado que mi papá dejaría pasar el tema, desafortunadamente, no fue así y aquí nos tienen, discutiendo de nuevo.

- ¡No te lo vas a llevar! - dije intentando que no entrara en mi habitación.

- ¡Samantha Anderson, quítate de la maldita puerta!

- ¡¿Qué te hace pensar que me voy a mover?!

- Dennis, deja en paz a la niña. - insistió mi madre - Por una vez en tu vida, deja la terquedad y toma consciencia.

- Voy a sacar ese puto muñeco de mi casa al igual que esa bola de pelos, el que manda en ésta casa soy yo, ¿lo olvidas?

- Pues me importa muy poco, cuando te pones en ese plan la que manda soy yo. Muévete.

- No hasta que saque esa porquería de mi techo.

Tengo suficiente fuerza pero eso no significa que pueda pelear contra la suya, en especial cuando está de un pésimo humor, por más que intentaba cerrar la puerta me era imposible. Él empujaba la puerta y yo hacía lo posible por cerrarla. Cindy ladraba detrás mío, tal vez intentando apoyarme pero entre sus ladridos y los alegatos de mis padres, comenzaban a atolondrarme hasta que mi padre consiguió empujar la puerta. Entró a paso decidido yendo hacia mega Stich.

- ¡NO LO TOQUES! - exigí intentando alejarlo del muñeco.

- Hazte a un lado, Samantha - ordenó con tono áspero.

negué - Es mi regalo, por lo tanto es de mi propiedad y como tal, no lo puedes tocar.

- Vives bajo mi techo, lo que yo mando se hace por el bienestar de cada uno. ¡Y calla de una buena vez a esa cosa!

- Su nombre es Cindy no "cosa". - le chasqueé los dedos un par de veces haciendo un ademán para que se sentara. - Esto no lo haces por bienestar nuestro, lo haces porque odias a Gibran - espeté sintiendo venir las lágrimas de nuevo - ni siquiera intentaste llevarte bien con él el día que lo conociste, lo único que hiciste fue intentar hacerlo sentir menos.

- ¿Crees que ese imbécil tiene alguna relevancia en este mundo? - negó - Los Palacios son un mal en este mundo, no sirven para nada bueno, son una porquería - me cargó haciéndome a un lado - por lo mismo es que voy a sacar esta cosa de mi casa y escúchame bien, voy a sacar todo lo que ese pendejete te hubiera dado.

- ¡MALDITA SEA, ALÉJATE DE EL! - repetí empujándolo.

frunció el ceño apretando el puño - ¿Quién te crees para empujarme así? ¡Soy tu padre niñita!

- No me llames niña - dije seria.

- Ah con que no eres una niña, ¿no? - me tomó con fuerza del brazo - ¿Segura de no ser una niña?

▬SHOOT ME DOWN: OR RUN AWAY WITH ME ▬PARTE 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora