Después de descubrir por completo el negocio turbio de su familia, Gibran Palacios es enviado junto con los primogénitos del clan, a Miami, Florida, con el único objetivo de mantenerlos lejos de sus enemigos y a salvo del peligro.
Sin embargo, esto...
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- Yo tampoco lo he estado y eso lo hace peor porque ya le tomé cariño.
- conozco a Gibbo desde que somos bebés, es un hombre que suele probar todo por superficie, pero eso no le interesó contigo, supongo que es diferente, no lo pierdas, Sam, podría ser el hombre que buscas.
- de acuerdo con Tammy, sirve y mandas al cuerno a Ryan.
- de acuerdo Camille.
- ¿Es que no lo ven? Salgo con dos al mismo tiempo, eso es malo, solo tengo dieciocho años, no debería meter tanto la pata.
- bueno, creo que si sometemos a votación a quién tendrías que dejar, es obvio que Ryan se lleva un aplastante 4 a 0, pero la decisión es tuya, cuando estés lo suficientemente segura de a cuál de los dos quieres, el otro tendrá que irse en paz.
- que deje a Ryan y ya - dije - a ver Sam ¿cómo te sientes cuando estás con Ryan?
- Aislada, es como si fuera algo monótono y vacío.
- ¿y como te sientes con Gib?
sonrió - Con un poco más de libertad. Literalmente puedo hablar casi de todo con él y no lo veo problema, él es más cálido, también es medio cabrón - nos reímos - aunque no me importa tanto.
- bueno, lo cabrón atrae ¿no? Sam.
- exacto Barb, se ve que es intento, pero es lindo, no sé.
- Me divierte, esa es la realidad. ¿Recuerdan eso que leímos somos los hombres de mirada tierna pero pervertida? Gib es así, cuando se deja ver así.
- que lindo, mi mami dice que los chicos que saben tocar la guitarra por lo regular le sacan melodías a una mujer - Tammy se cubrió el rostro y Sam rió entre lágrimas.
- Sabe tocar flamenco y le sale de maravilla.
chillamos y gritamos como locas - Dios, seguro que sabrá hacerte sentir como en casa, Sam - más risas.
- Sin querer me puse a bailar cuando tocó Tormenta de Fuego - sonrió nostálgica - fue por eso que le regalé la caja de chocolates con forma de guitarra.
- Oh por Dios! - dije emocionada - huele a amor, entre Sam y Don sexyboy - gritamos.
- si, hasta la regaló un pomerania de 10 mil dólares.
- ¿Tanto vale Cindy? - preguntó incrédula - Me muero.
- si, son muy caras, más si son tan pequeñas como ésta - tomó a la perrita y la elevó - Cindy Palacios Anderson.
