CAPITULO CXII "CAMISAS DE HIERRO"

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Me quedé sentado ahí, asimilando lo que había pasado, sujeté mi brazo izquierdo con mi mano derecha.

Comencé a llorar como nunca lo había hecho, la lluvia me golpeaba con fuerza pero no me importó, me quité la chaqueta como pude y me metí los dedos a la herida para sacar la bala mientras pensaba en la mirada de Sam, mi cuerpo no pudo repelerla, me cerré una herida de venganza para abrirme una de amor, recordé cada momento con ella, desde que nos conocimos hasta el día de hoy, la dicha que fue para mi ser el primero en navegar por su cuerpo y obtener lo que muchos había deseado, grité, pero no sé decirles cuál es el dolor que me tiene más jodido, seguí buscando la bala, seguí gritando, me levanté aún con los dedos dentro de la herida y caminé a un borde del yate, Sam me besaba una y otra vez, ella estaba aquí, ella no había disparado, simplemente ella no hubiera querido hacer eso, seguí abriéndome la herida y grité del dolor, terminé arrodillado y tiré fuerte de la bala, el dolor me hizo toser y vomitar, mi mano sana derrapó en la mezcla de agua y sangre, terminé cayendo de lado, tosí, incluso de mi boca también salió sangre, como pude me levanté y miré la costa que ya habíamos dejado un poco atrás.

- ¡Era así como lo querías! ¿¡Era esto lo que querías!? ¡Así viviste el disque amor que sentías para conmigo! – elevo la bala - ¿Clavándome esto? – lanzo la bala - ¿Es en serio? ¿Así me amaste? ¿intentando matarme? ¿eso querías? ¿¡Eso querías Samantha Anderson!? ¡Maldita la hora en la que te conocí! ¡Maldito sea! - Comencé a patear lo que encontré cerca - ¡Maldita tú! Y ésta mierda que me provocas cuando te miro – saqué mi arma, esa que tenía en la pierna y comencé a tirarle a la nada.

- ¿Gib? – por instinto me puse el arma en la cabeza, mi hermano me miró aterrado.

- Tenemos que parar, Salva, ya no puedo.

- Gib, dame el arma.

- No – le dije mientras sentí una tibia lágrima rodarme por la mejilla.

- Gib – su voz tembló – ya vi morir a Sandy, no quiero verte morir a ti, por favor, dámela, vamos a acabar con esto, juntos, como hermanos.

- No puedo – apenas pude responderle.

- Estoy contigo, no tengo idea de cómo te sientas, pero esa no es la solución, dame el arma, por favor, hermano.

- Yo la amo, Salva, y quiso matarme, ¿por qué no puede amarme como yo a ella? ¿por qué? – se acercó rápidamente a mi y me quitó el arma, la lanzó lejos y me abrazó, no pude más con mis mierdas y terminé llorando como un bebé, terminé arrodillado aferrado a mi hermano – No quiero vivir sin ella, loco, no quiero – le dije con un profundo sentimiento, mi hermano se arrodilló frente a mi y me abrazó con fuerza, me dejó llorar.

- Te ama, lo sé, tranquilo, yo estoy aquí para ti, vamos a solucionar esto – espero paciente hasta que me calmé un poco, me ayudó a levantarme y apenas dimos unos pasos cuando me desmoroné en su pecho.

▬SHOOT ME DOWN: OR RUN AWAY WITH ME ▬PARTE 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora