Después de descubrir por completo el negocio turbio de su familia, Gibran Palacios es enviado junto con los primogénitos del clan, a Miami, Florida, con el único objetivo de mantenerlos lejos de sus enemigos y a salvo del peligro.
Sin embargo, esto...
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- Gracias por el recordatorio, pero sigue sin atraerme la idea. - volvió a mirar el reloj y pasó la mano por su cabello.
Ella se le acercó y susurraron un par de cosas en otro idioma, lo intentaba convencer pero el tipo no daba el brazo a torcer, por más que ella lo intentaba no lo conseguía.
- No tenemos otra opción y quieras o no, lo que él dice es cierto.
- Mi linda zafiro, si aquí hay un desastre, el que pagaré seré yo.
Me miró - ¿Podrías ir por tu padre y decirle que nos encuentre en la salida, por favor? Nuestro auto está cerca y no podemos darnos el lujo de perder tiempo.
- ¿Entonces? - dije mirando a Sam.
- Mejor aún, yo los acompaño a la salida y de paso aclaramos las reglas - dijo Jack poniéndose de pie - Después de todo no quieren hacer esperar al Jaime, ¿no? Todo el mundo sale ganando sin retrasos ni complicaciones.
Entre los tres se vieron como si estuviesen jugando una mano de póker, sin embargo, Dennis asintió dejando que su esposa pasara primero, aprovechó para despedirse de Sam y tanto a ella como a mí nos besó la mejilla.
- Cuiden a Tony ¿si? - se le acercó y le besó la mejilla - No vacíes la alacena de los Palacios ¿okay?
- Yo no prometo nada.
Rodó los ojos con gracia - Típico. Aún me sigo preguntando de dónde sacas tanto apetito. - miró a Sam - Vigila que no olvide tomarse el medicamento.
- Me haré cargo, lo prometo.
- Excelente. - le besó ambas mejillas - Los dos, se comportan y por lo más quieran, no duerman juntos ¿si?
- Dennis, no creo que sea necesario decírselos.
- No se preocupe, señora Anderson, aquí estarán seguros, mejor que un campamento.
- Es justo lo que queremos.
- No exageres tanto, mamá, no es como si fueran a alguna misión innecesaria, ¿cierto?
Dennis carraspeó - Tú necesitas dejar los videojuegos.
- Será mejor que caminemos, nos están esperando. - nos señaló - Se comportan ¿oyeron? No quiero recibir quejas.
- Zafiro, ya hay que irnos.
Se tomaron de la mano entre sí yendo Jack al frente, en el camino Teresa volteó a vernos, entonces Dennis la abrazó por la cintura.
- Tengo la sensación de que algo raro está pasando.
- No te preocupes cielo, apuesto a que saben manejarlo. - susurré al mirarlos irse.
- ¿Te digo algo? No es muy útil que me digan "no te preocupes", si lo hacen generalmente es porque sí debo hacerlo.
- Los problemas de adultos son eso, problemas de adultos ¿volvemos a la fiesta? Tienen que poner el tradicional caballo dorado y tengo que ver quien me va a vencer.
