Después de descubrir por completo el negocio turbio de su familia, Gibran Palacios es enviado junto con los primogénitos del clan, a Miami, Florida, con el único objetivo de mantenerlos lejos de sus enemigos y a salvo del peligro.
Sin embargo, esto...
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Las horas pasaron y por fin nos dejaron salir. No digo que odie la escuela pero a veces, como todo ser humano normal, me aburro de ella.
- ¿Podemos ir en una carerrita a mi casa? No quiero llevar la mochila.
- De acuerdo, si eso es lo que quieres.
- Gracias, - lo besé en la mejilla y seguido de eso fuimos a su moto - ¿Alguna vez me dejarías consucirla? - le pregunté después de darle vueltas en mi cabeza.
- Cuando te cases conmigo, es la prueba de amor más grande - sonrió.
- Tacaño. - bromeé.
- Listilla - encendió la moto y condujo a casa, con tranquilidad, o tal vez era porque yo no estaba arriba a la fuerza o de modo hostil.
- ¿Sabes qué he pensado? - dije en un semáforo en rojo - Yo no sé cuándo es tu cumpleaños.
- Es terrible, yo tampoco.
- ¿Cómo así?
- Creo que somos una pareja fea - sonrió - nací el 9 de febrero a las 10:00 p.m hora de Moscú. ¿Tu?
- Catorce de octubre, a las dos de la mañana - me reí - mi padre aún no supera que haya nacido en octubre.
- ¿Él es de octubre?
- No, mi tío Alex es de octubre, diez días antes que yo.
- Eso no debe agradarle a tu padre - sonrió, dio vuelta y cuando noté ya estábamos frente a casa.
lo tomé de la mano - Ven, no te voy a dejar esperando como si fueras mi Jaime.
- No soy tu Jaime, Samantha, el día que le trates así me pierdes - me dijo mientras lo arrastraba a la entrada de mi casa, el primero en vernos fue Tony.
- ¡Hey! Pensando en el rey de Roma - se lanzó a abrazarlo - ¿cómo estás, Gib?
- Hola, coleguita, muy bien ¿y tú? - le dio un abrazo largo, me encantan, después apareció Jack apoyado en el marco de la puerta.
- Qué tal, mister rock y... - ladeó la cabeza - tú. - el muy bobo se rió.
- No sabes cuánto adoro tu humor.
- Hola, hermano - se saludan como un par de machos - ¿cómo vamos con ese asunto? tengo que hablar contigo sobre algunos planes.
- Pues... la puerta de mi habitación está libre. - ¿acaso escuché bien? Él no deja que nadie entre ahí.
- Perfecto, de entrada le he enviado un mensaje, prepárate, iremos al cine ésta tarde noche - le guiña el ojo ¿qué se traen éstos dos?
Y justo cuando iba a preguntar escuché ruido desde el patio trasero, eso solo significaba una cosa, feliz con la idea los dejé a los tres en lo que corría. Se me hubiera borrado la sonrisa pero era muy natural ver a mi papá "peleando" con el tío Alex.
