Te odio porque te amo.

Capitulo 33.

"Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar"
Antonio Machado.

Estoy acostada pero no he podido conciliar el sueño. Siento que a estos días que han pasado le hace falta algo. No se qué es realmente, pero es como si hubiese un vacío. Como si faltara ese algo a lo que te acostumbraste a hacer pero no te das cuenta qué es en realidad.

Las chicas se han dormido enseguida, el entrenamiento de hoy fue agotador. Han pasado tres días desde que salimos a dar una vuelta y conocimos a esas bellas bolitas de pelo. Al final del día, vamos a visitarlos y a jugar con ellos.

No se si es a propósito o de verdad es coincidencia, pero el doctor Flavio se ha cruzado con nosotras ayer después de que entrenamos, y hoy cuando estábamos jugando con los cachorros. Él y Akari se están llevando muy bien.

Siento movimiento y escucho murmuros, abro los ojos, me siento en la cama y miro a las chicas. Isa se remueve en la cama, murmura cosas que no entiendo, y se que esta teniendo una pesadilla nuevamente.
Me bajo de la cama y llego hasta la de ella, me siento a su lado y paso mis manos por su cara con suavidad.

-Isa.. Todo esta bien- le hablo bajito.

Isa sufre de pesadillas desde pequeña, no todas las noches, solo pasa de vez en cuando, sus pesadillas la alteran tanto que despierta llorando y gritando.

-fuego.. Auxilio..- murmura. Su cara esta empapada de lagrimas.

-Isa por favor. Despierta. Soy yo Julieth. Vamos despierta..- sigo insistiendo para que despierte. No quiero que Rita y Akari se despierten.

Tomo las manos de Isa y las abro entrelazando las con las mías, ella cierra tan fuerte sus puños durante sus pesadillas que se hace daño con las uñas hasta el punto de hacerse pequeños cortes. Sus manos aprietan con fuerza las mías pero no las suelto.

-Isabel, despierta!- le hablo cerca de su oído.

Le llamo dos veces mas, cuando abre sus ojos y mira a todos lados asegurando se que de verdad no hay fuego.

-tranquila Isa, aquí estoy- le hablo cuando sus ojos encuentran los míos.

Su pecho sube y baja rápidamente, sus lagrimas siguen cayendo, la fuerza que sus manos ejercían se ha perdido.

-Juls!- un suspiro de alivio brota de mis labios, se que ya ha despertado. Suelto sus manos y ella enseguida se sienta y me abraza con fuerza.

Llora abrazada a mi por varios minutos, solo la dejo desahogarse. Por lo menos ésta vez alcance a despertarla antes que ella lo hiciera a gritos.
Acaricio su cabeza y su espalda hasta que sus sollozos se controlan, su respiración y su pulso.

-ya paso Isa. Estas a salvo. Estas conmigo- susurro para que se tranquilice.

Isa dice que en sus pesadillas, ve mucho fuego, una casa prendida en llamas y voces de un hombre y una mujer llamándola.

-estas mas tranquila?- pregunto cuando sus brazos han perdido un poco de fuerza en su agarre. Asiente con la cabeza.

-ven, vamos a mi cama y durmamos juntas- me pongo de pie y ella tambien. Caminamos hasta mi cama y nos acostamos, nos arropamos bien. La abrazo.

-estoy contigo Isa. No hay fuego, no hay calor ni gritos. Todo esta bien- asiente con la cabeza.

Ella se pone muda por varios minutos después de las pesadillas. Se queda ensimismada pensando no se que cosas pero no es hasta pasada una hora que ella habla.

-sentí que me estaba quemando. Odio esas pesadillas!- su voz sale entrecortada.

-trata de olvidar esa pesadilla. Piensa en otra cosa. Piensa en los cachorros, en lo que haremos mañana, en el entrenamiento, incluso piensa en Keith así te olvidarás de la pesadilla y recuperas el sueño- le ayudo.