Capitulo 28.

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Uff! Nunca en mi vida me hubiera imaginado que empuñaría un arma y me tocaría disparar.

Siento una gota de sudor resbalar por mi columna. Apunto hacia la diana, y espero.. No se que a que espero, pero no logro disparar.

-relaja te, no le vas a hacer daño a nadie...- susurra Allek cerca de mi.

Estoy segura que puede notar cuán nerviosa estoy, y ésta vez él no es la razón principal de mis nervios, sino el arma.

-no puedo hacerlo- me rindo! Resoplo.

Bajo los brazos, los siento entumecidos por haberlos tenido varios minutos extendidos y agarrando con mucha fuerza el arma.

-tranquila. Lo harás. De aquí no nos iremos hasta que logres hacerlo- cruza sus gruesos brazos sobre su pecho.
Estúpido diablo. Por que mierda es tan duro y exigente?! Agh! Me cae tan mal.

-párate recta, separa solo un poco las piernas..- escucho su gruesa voz demandante.

Si me esta dando instrucciones, por que suena como si fueran órdenes? Hago lo que me indica.

-toma el arma con suficiente fuerza, pero no tanta como para aplastarla así como estabas haciendo hace unos minutos- se burla.

Vuelvo a subir mis brazos, aflojo solo un poco mi agarre en el arma. Estoy frustrada y cansada.

-baja solo un poco los brazos, mantén los firmes porque al disparar el arma te va a impulsar hacia atrás y los brazos hacia arriba. Y si no la sujetas bien se caerá de tu mano- suspiro profundo, intento controlar mi paciencia y nervios.

-tu objetivo, debes estar mirándolo fijamente. No debes titubear si vas a disparar. Simplemente apuntas y disparas. Ahora, prueba-

Localizo mi objetivo, apunto al centro de la diana, tomo una bocanada de aire y disparo. La fuerza del disparo hace justo lo que dijo Allek hace unos segundos, doy unos pasos que me desequilibran pero no me hacen caer.

El sonido retumba por todo el lugar, un pitido en mis oídos me ensordece y aturde. Mis brazos están acalambrados y tiemblo.

-exclente. Ahora miremos donde has dado- hunde un botón que esta en el centro de la mesita y la diana viene hacia nosotros.

-Agh! Esto es frustrante! Apunte al centro!- me quejo.

Estoy llena de impotencia. Dejo el arma con rabia sobre la mesa. Camino de un lado a otro.
Él tiene una sonrisa divertida en su rostro, estúpido! Se esta burlando de mi.

-ya no quiero seguir con esto. Me duelen los brazos!- sigo quejándome.

-lo siento por ti, pero te toca volver a intentarlo- lo miro entrecerrando los ojos y frunciendo el ceño.

-esa mirada de querer matarme no funciona conmigo.. Así que, vamos. Ven aquí- señala el lugar al lado de él.
Ruedo los ojos y camino hasta su lado.

-toma el arma- ordena.

La tomo de mala gana, estoy molesta y él lo sabe. Vuelvo a pararme a su lado.

-ponte en posición- me estoy controlando para no golpearlo en la cabeza con el objeto que tengo en mis manos.

Me paro recta, separo un poco las piernas, alzo los brazos y apunto a mi objetivo. Lo escucho suspirar pero no volteo a verlo.

-baja los brazos hasta la altura de tus hombros- oh no! esta parado detrás mío... sus brazos pasan a cada lado de los míos, y sus manos agarran mis muñecas.

Estoy paralizada, que carajos esta pasando? Su pecho choca con mi espalda con cada respiración que toma, y su cara esta muy, muy, pero muy cerca de la mía, estoy segura que si giro... No! No voy a pensar lo que sucedería si giro mi cabeza!

Te odio porque te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora