Te odio porque te amo.

Capitulo 68.

"Una leyenda cuenta que el sol y la luna siempre han estado enamorados, pero nunca podían estar juntos ya que la luna se levantaba justo al atardecer. Por lo tanto Dios en su infinita bondad, creo el eclipse, como prueba de que no existe en el mundo un amor imposible"

Salgo de la habitación, es tarde son las dos de la madrugada y no puedo dormir. Las chicas están profundamente dormidas. Camino y me detengo frente a la puerta que se ha convertido en mi refugio. Giro el pomo, y me adentro.

Prendo solo la lámpara que está en la mesita al lado del mueble y me acerco a la ventana, la abro para buscar a mi hermoso y exótico amiguito.

-dónde estás? Azul- le llamo, alzo solo un poco la voz.

Trato de buscarlo en la oscuridad entre las plantas.

-Azul..- es inevitable no sonreír al verlo venir. Salta de hoja en hoja hasta llegar a mi.

-hola azul.. Estabas dormido?- me siento en el borde de la ventana. El bello pájaro camina hasta subirse a mis piernas.

-yo no puedo dormir. Estoy intranquila- le hablo como si me entendiera.
Acaricio su cabecita azul, y sus alas cerradas.

-mi corazón no se siente bien. Algo esta pasando conmigo y no logro comprenderme..- gira su cabecita y me mira.

-no me mires así.. Enserio no se que pasa conmigo. Estoy sintiendo cosas extrañas y más cuando estoy cerca de él..- suspiro profundo. 

El pájaro hace un sonido bajo sin abrir el pico. Sacude su cabecita y camina por mis piernas. Paso minutos jugando con él, se sube en mis brazos, se cuelga de mi blusa. Me muestras sus alas abiertas.

-azul?- le llamo. Me mira de lado.

-tienes familia?- se que es tonta mi pregunta y se que el animal no habla pero me gustaría saberlo. Camina por el borde de la ventana, mostrándome sus hermosos colores.

-si tiene.. Pero él es el único que viene hasta aquí. El resto están en el bosque- me paralizo, mi piel se eriza, tiemblo y mi corazón empieza a latir desenfrenado.

Azul y yo volteamos a ver hacia la puerta. Allek esta recostado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados. Parece que tiene tiempo ahí parado. Habrá escuchado lo que dije al pájaro? Que vergüenza! Creerá que estoy loca porque hablo con Azul.

-Azul, como le has puesto de nombre, es macho. Vive en un bosque que esta a unos kilometros de aquí, hay muchos como él pero curiosamente solo ha sido él el único que se ha atrevido venir hasta aquí- camina hacia nosotros mientras habla. La seguridad con la que camina me encanta.

Mi corazón late con fuerza, y a mi cuerpo le invade esa sensación que me entra con su presencia. Sus ojos son hipnotizantes, me atrapan.

-nadie lo ha visto, solo yo. Le gusta venir al jardín de aquí. Al resto de los jardines no. No se porque- mira al animal y luego a mi. Se sienta tambien en el borde de la ventana.

Agradezco que la ventana sea ancha, así no estamos tan cerca.

-quieres un día de estos conocer su verdadero hogar?- se me ha olvidado hablar.

-mmm.. Yo.. Tal vez. Puede ser.. Uno de estos.. Dias- me enredo hablando.

Que ridícula debo verme así, mi short de pijama negro llega hasta hasta menos de la mitad de mi muslo, mi blusa es de tirantes, mi cabello suelto y debo tener ojeras.

-por que te pones tensa y nerviosa cada vez que estoy cerca de ti? Te he dicho miles de veces que no te haré daño- su tono de voz es bajo, tranquilo, sereno. Como si hoy no hubiésemos tenido una discusión.