Capitulo 87.

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Narra Allek

Dónde está? Le dije que nos viéramos mas tarde. Ya es media noche y ella no aparece.
No se que hacer ni que pensar.
La quiero, y quiero pasar tiempo con ella y tener una relación con ella..
Pero.. El echo de que anoche haya presenciado una de mis pesadillas me puso mal.

Ni siquiera se como pude haberme quedado dormido. Es la segunda vez que me pasa. Me quedo dormido solo por tenerla a mi lado.
Se que le debo una explicación, se que ella esta preocupada, lo note.
Pero.. No se como explicarle mis pesadillas ni lo que paso para que empezará a tener las.

No quiero arrastrarla a mi vida lúgubre, llena de demonios que me atormentan, de pesadillas que se han encargado de no dejarme dormir por años. No tengo derecho, no debo ni quiero arrastrarla conmigo.

Y si mejor dejo las cosas así? Si finjo que lo que pasó en Las Vegas no tiene importancia?
No.. No puedo ser tan hijo de puta. Ella pensará que solo quise aprovecharme y jugar con sus sentimientos.

Le prometí que le haría pasar el mejor momento de su vida, no lo echaré a la mierda todo por mi cobardía.
Si ella me pide mañana una explicación sobre mi pesadilla tendré que contarle, es lo justo.
Ella me contó sobre su miedo cuando me pidió que me detuviera la noche anterior, me preocupe tanto cuando lo dijo.

Ella primero estaba disfrutando de lo que yo le provocaba y luego cuando llegue hasta su barrera sintió dolor y todo cambio. Ella asustada y con sus manos echas puños me pidió que parará, de sus ojos cayeron lagrimas. La abracé y cada vez que ella susurraba una "disculpa" o "lo siento" la besaba y le pedía que no se preocupará.

Luego que se tranquilizó, hablamos. Cuando sintió la punzada de dolor, y mi cara en su cuello recordó lo que Connor le hizo pasar. Ese mal nacido la atormenta aun estando lejos de ella. Pero la haré olvidar ese suceso. Eso lo juro.

Tomo el envase en forma de corazón y relleno de chocolate color rojo y café sobre mi escritorio y salgo de mi oficina.
Camino hasta mi habitación, me detengo frente a la puerta de las señoritas, no se a que espero. Tal vez a que salga, pero ella no aparece así que voy hasta mi habitación enojado.

Dejo el corazón relleno de chocolate en la mesita al lado de mi cama y luego tomo una ducha y esperar a que salga el sol.
Doy vueltas en la habitación, nunca nadie me había dado un detalle tan simple y sencillo pero tan valioso como ese envase.
Me sorprendí cuando me lo entregó, nunca nadie me había dado un detalle, y sin razón alguna.
Los chicos aveces cuando salíamos nos dábamos "regalos" pero insignificantes, mujeres en bares, cervezas, y ese tipos de estupideces.

Fui tan estúpido al enojarme ese día cuando la perdí en la tienda de chocolates.
Debo cambiar, por ella debo hacerlo. Se que al principio me negaba a siquiera pensar en ella, me enojaba conmigo mismo cuando me quedaba observándola, o cuando la asustaba con mi actitud solo para ver esos hermosos ojos mirarme con precaución. Todo lo hacia solo con la intención de que ella me mirara. De tener su atención.

Mis manos pican al recordarla desnuda debajo de mi. Su angosta espalda, su pequeña cintura, su abdomen duro por el entrenamiento, su largo cabello entre mis dedos, sus largas piernas gruesas y duras pero tan suaves.
Acariciando la y besándola. Hacerla erizar, suspirar y gemir. Tan caliente, tan calida. Una mujer como ni una.
Una gran noche. Solo quiero que se repita. Cada vez que la recuerdo así me altero, ella es una gran distracción para mi. La deseo tanto. Puedo pasar horas pensando solo en ella.

He estado con muchas mujeres pero puedo asegurar que con ella es como si por primera vez tuviese relaciones. Con ella cuide cada detalle, cada movimiento. Todo fue lleno de cariño, ternura, cuidado y.. A.. Am.. Amor?
Me cuesta tanto esa palabra!

Te odio porque te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora