Capitulo 79.

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-wao... Realmente hermosa!- me sonrojo cuando Allek me mira de arriba a bajo.

Camina hasta mi y toma mi mano, hace que de una vuelta y silba haciéndome sonrojar aun mas. Río ante su exageración.

-eres muy hermosa Julieth- murmura mirándome fijamente a los ojos.

-gracias- contesto con una sonrisa y cohibida ante su atenta mirada.

-estas lista para la misión?-

Alzo mi barbilla con orgullo y le miro a los ojos.

-muy lista- aseguro.

-entonces vamos- me ofrece su brazo y no dudo en enlazar el mío con el suyo.

Salimos de la habitación y nos encontramos con Ralph saliendo de su habitación con dos mujeres, van muy contentos y un poco bulliciosos. Hacemos de cuenta que no nos conocemos. Esperamos por el elevador y luego nos dirigimos al casino del hotel.

Es muy incomodo andar con un arma en el muslo, pero no tengo donde mas ponerla. Mi vestido es sin mangas, el escote es corazón, tiene una abertura en mi muslo izquierdo dejando toda mi pierna descubierta, la tela color rosa tiene pequeños cristales incrustados haciéndome ver muy elegante. Mis sandalias altas aun no me sirven para llegar siquiera al hombro de mi pareja.
Mis joyas hoy solo son un par de aretes pequeños de diamantes y una pulsera con las mismas piedras preciosas. Mi cabello esta semi recogido y cae en cascadas de pequeños rizos.

Mi pareja no se queda atras, todo su traje es negro, excepto por su pañuelo que es gris plomo. Su seriedad, altura y elegancia lo hacen ver muy sexy y las acompañantes de Ralph lo notan porque no le quitan la mirada de encima. Ellas tambien van con vestidos elegantes y llamativos.

Llegamos al casino y me impresiona la cantidad de personas en el lugar. Hombres trajeados y mujeres reluciendo sus costosas joyas. Ralph tenia razón, esto de las joyas parece que fuera una competencia por quien brilla mas. Es una locura.

-los ves?- Allek susurra en mi oreja para escucharlo sobre ruido de las maquinas, voces y musica.

Niego con mi cabeza mirándolo.
Posa su mano en mi espalda baja y caminamos por el lugar, una mujer pasa con una bandeja en manos y Allek toma dos copas de champaña, me pasa una y tomo un sorbo. Su cercanía, la confianza entre los dos me tiene tan confundida. Todo ha pasado tan rápido que no he tenido tiempo para asimilarlo.

Aprieto el brazo de Allek con disimulo cuando veo nuestro objetivo. Me mira y le regalo una sonrisa para despues mirar hacia el lugar donde esta la pareja. Allek sigue mi mirada y los ve.

-vamos- susurra en mi oreja.

Lo detengo tomándolo de la mano.

-espera- digo. Se acerca a mi para escucharme mejor.

-ella nos va a ver y vendrán a nosotros. No es necesario que estemos detrás de ellos-

-segura?- duda.

Asiento con mi cabeza y le regalo una pequeña sonrisa.

-muy bien. Si tu lo dices- acepta.

Me gusta que confíe en mi. Que acepte mis opiniones e ideas. Eso deja claro que tan buen jefe es.

No han pasado cinco minutos cuando Lana y su novio se acercan a nosotros. El saludo es amistoso a comparación de esta mañana en la piscina.

-hay muchos jugadores disponibles. La forma para ir eliminando los será muy rápida. Así que no nos aburriremos con tantos principiantes- dice Rayner.

-eso es bueno. Solo esperemos que no demoren en dar inicio al juego- mi jefe finge estar impaciente.

-hace mucho juegas Póker?-

-desde muy joven-

-en que trabajas Allek?- lo que estábamos esperando sucede. Rayner empieza a investigar sobre nosotros.

-tengo una empresa de textiles. Mi madre me la heredó-

-eso es bueno. Y has alguna vez apostado tu empresa?- el lado malvado de Rayner empieza a relucir.

-nunca he tenido esa necesidad. Tengo el dinero suficiente para pagar mis apuestas- Allek no se deja cohibir.

-que tantas veces has perdido algo grande en el póker?-

-ni una sola vez-

Rayner sonríe con sorna cuando escucha la respuesta de Allek.

-esperemos que esta vez no pierdas nada. En este lugar hay muchos profesionales que fácilmente pueden sacarte del juego- se señala con su dedo.

-no es así querida?- le pregunta a Lana que no deja de verlo como si él fuese el ser mas hermoso del mundo.

-si querido- responde sumisa. Él deja un corto beso en los labios de ella y nos mira arrogante.

-espero que no- responde Allek restando le importancia a sus palabras.

-te deseo suerte- Rayner extiende su mano hacia a Allek.

-no creo en la suerte. Pero lo mismo te deseo- acepta su saludo con arrogancia y luego la pareja se aleja de nosotros.

-idiota- Allek lo insulta.

-relájate. La noche será larga y debemos estar preparados- deja de mirar la espalda de Rayner y me mira a los ojos.

-vamos a dar una vuelta y jugar un poco mientras empieza todo este circo- asiento con la cabeza, él toma mi mano y caminamos por el gran salón.

La cantidad de lucecitas, el sonido fastidioso de las maquinas y las voces de las personas me aturden y solo quiero salir del lugar.
Allek me enseña a jugar con las maquinas y me emociono como una niña cuando gano dos veces después de varios intentos. En ocasiones besa mi hombro desnudo o me acaricia con su nariz. Pasar tiempo con Allek se ha vuelto agradable aunque a veces me intimida.

Un hombre mayor anuncia que el juego va a comenzar. Hombres y mujeres toman asiento y se ubican en las mesas disponibles para el juego.

Camino con Allek tomados de la mano y llegamos a la mesa; yo me quedo parada detrás de él igual que las parejas del resto.

-Rayner esta en la mesa del al lado- susurro en su oreja.

-lo sé. En la siguiente ronda cambiaré de mesa- responde.

La siguiente ronda la tiene que perder así que espero paciente a que la noche transcurra.
En esta mesa solo hay una mujer jugando, el resto son hombres. Busco a Ralph con la mirada y no lo encuentro, supongo que ya esta en su habitación haciendo su trabajo.

La mujer sentada a la mesa no deja de ver a Allek y coquetearle. Le guiña, le lanza besos al aire, juega con su cabello y acomoda su escote por el cual sus senos están a punto de salir. Ella es hermosa y una punzada de celos se instala en mi cuando Allek la mira con su típica seriedad.

No puedo permitir que otras mujeres le coqueteen a mi pareja mientras yo estoy con él, así que paso mis manos por sus hombros, y lo acaricio. Él toma mi mano y deja un beso en ella, la mujer me mira claramente enfadada pero la ignoro. Me quedo en esa posición, como si estuviera abrazando a Allek desde atrás.

El hombre que reparte las cartas da inicio al juego y de repente todo el barullo que había en el lugar disminuye para que los jugadores puedan concentrarse mejor.

La mujer sentada a la mesa no deja de coquetearle a Allek y ya me esta aburriendo. Ella debería respetar el hecho de que este hombre esta acompañado, pero me doy cuenta que la palabra respeto no esta en el vocabulario de todas las personas.

Te odio porque te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora