Te odio porque te amo.

Capitulo 82.

•Narra Allek•

Se ve tan hermosa. Sus mejillas están sonrojadas por el alcohol, su voz se arrastra un poco, su cabello lo ha amarrado no tengo idea como pero lo ha hecho con usar mas nada que su cabello. Saber que su ropa interior esta escondida entre sus senos me tiene mareado. Quiero quitarle ese puto vestido. Mis manos pican por tocar su suave piel.

-si tu pierdes... Tienes que decirme.. Que te atormenta- me señala con su dedo como si fuera una amenaza y no una apuesta.

Me tenso, lo único que ha hecho toda la noche es preguntarme sobre mi vida.

-esta bien. Y si tu pierdes tienes que decirme porque estabas molesta conmigo aquella vez que te fuiste a casa de Matt-

Me mira entrecerrando los ojos, como si quisiera golpearme.

-no vas a dejar ese tema cierto?-

-no-

Resopla y rueda los ojos. Varios mechones de su cabello caen desordenados sobre su cara y cuello. Quiero jugar con su cabello, quiero respirar el aroma de su cuello, besar sus ojos, labios, cuello. Y todo su cuerpo.
Ella esta borracha y no puedo aprovecharme de ella. No soy de ese tipo de hombre.

Volteamos las cartas, ella lo hace primero, intenta mantener una expresión tranquila pero fracasa. Sus cartas son números no consecutivos y tampoco tienen el mismo símbolo. Mis cartas son cuatro corazones y un rey de picas.

-esto es estresante. Siento que estas haciendo trampa. Te estas aprovechando que soy una principiante!- se queja ya derrotada.

-no estoy haciendo trampa. Como podría hacerlo? Estoy recibiendo las mismas cartas que tu- me defiendo y sonrío al verla con su expresión enojada.

Se pone de pie y pierde el equilibrio, la sostengo de la cintura enseguida, me pongo de pie y la atraigo a mi.

-ya me aburrí. No quiero jugar mas!- apoya su barbilla en mi pecho y me mira desde abajo, sus ojos están brillantes y un poco rojos.

Paso mi mano por su cara, peinando los mechones de cabello hacia atrás.

-esta bien. Vamos a la habitación- indico.

-señor Allek- un hombre se acerca a mi y me extiende su mano.

Sostengo a Julieth con una y con la otra acepto el saludo. No tengo idea quién es el hombre, suelta mi mano dejando algo dentro de ella y luego se va.
He pasado a la siguiente ronda del juego. Que bueno.

-todo me da vueltas..- dejo de mirar por donde desapareció el hombre y sonrío al ver a Julieth.

Sin soltarla, salimos del casino, y pedimos el ascensor. Las puertas metálicas enseguida se abren y nos adentramos. Solo estamos ella y yo. Ella se apoya de la pared soltando se de mi agarre. Me mira fijamente, recorriendo cada parte de mi cuerpo sin vergüenza alguna. Suelto una risita, eso no lo haría si estuviese sobria; me cruzo de brazos y hago lo mismo que ella. Observarla.

-que tanto me miras?-

-eres sexy- la verdad, me ha sorprendido.
Me gusta la Julieth borracha.

-te gusto?-

-sip!- lo dice como si mirara un cuadro o una foto, ladeando la cabeza de un lado a otro.

-me gustan tus brazos..- se acerca a mi a pasos lentos. Su dedo indice toca mi brazo desde el hombro hasta mi muñeca.

-tus manos grandes que hacen que las mías desaparezcan entre ellas..- ahora su dedo recorre mi mano y eso despierta mis deseos por ella. Mira todo el recorrido que ha hecho su mano, luego me mira a los ojos.