Capitulo 56.

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-si te sientes mas cómoda puedo cerrar los ojos, tu te quitas tu blusa y guías mis manos a tus costillas. Después que ya sepa donde están tus costillas mis manos solas harán el trabajo y yo no miraré hasta que te vuelvas a vestir. Te parece?- lo miro avergonzada.

Estoy sentada en una camilla, él ya reviso mi cara y no hay nada extraño por lo cual preocuparme.

-Flavio.. Yo.. Confió en ti. Se que no me harás daño.. Pero.. Él me ha dejado marcas muy feas y..-

-tranquila Julieth. Somos amigos, si no quieres que las vea esta bien. Se que confías en mi, no tienes nada de que avergonzarte- me regala una sonrisa sincera.

-esta bien- acepto.

Él cierra los ojos y armándome de valor saco mi blusa por mi cabeza. Tomo sus grandes manos y las guió hasta mis costillas, mi piel se eriza ante su contacto y me obligo a tranquilizarme. Sus manos empiezan a hacer su trabajo y yo le miro a la cara mientras lo hace. Su ceño esta fruncido y hace muecas con su boca mientras me revisa.

-auch!- me quejo cuando toca a mis costados.

-aguanta un poco. Solo quiero asegurarme de que no este fracturada- indica.

Contengo la respiración mientras vuelve a hacer presión en ese lado donde siento dolor.

-con que te golpeo ese animal?- pregunta enojado y pasa sus manos a mi espalda.

-con sus manos- respondo y murmura una maldición dirigida a Connor o al inombrable como le apodo Rita.

-muy bien. Puedes vestirte- tomo mi blusa y la paso por mi cabeza.

Quiero mostrarle a Flavio mi vientre bajo donde Connor me pellizco y me golpeo.

-Flavio..- le llamo dubitativa.

-si?- sigue con los ojos cerrados.

-yo.. Tengo que mostrarte algo.. Él me pellizco y golpeo, y la verdad es que duele..-

-tranquila Julieth. Si quieres mostrarme esta bien. Recuerda que primero soy doctor y después tu amigo. Si te duele es porque algo anda mal y será mejor que revise. No miraré nada que no deba- me tranquiliza.

Mi corazón se acelera y siento un poco de temor, pero me las arreglo y alzo mi blusa un poco para que pueda ver bien. Me recuesto sobre la camilla, desabrocho mi pantalón y lo bajo solo un poco para que Flavio pueda ver la parte mas baja de vientre, muy cerca a zona mi zona intima.

-puedes mirar Flavio..- mi voz sale temblorosa.
Abre los ojos y me mira.

-tranquila, si quieres que no siga solo tienes que decirmelo. Bien?- asiento con la cabeza.

-es aquí- señalo la zona y él posa su mirada justo donde señalo.

-con que te hizo eso?- en su cara claramente se puede ver el enfado.

-no lo se.. Supongo que con sus uñas-

-voy a tocar. Relájate..- suelto el aire contenido, cierro los ojos con fuerza en el momento en que sus dedos tocan mi piel.

Agarro el borde mi blusa entre mis puños cerrados con fuerza. Flavio es confiable, no me hará daño. Me repito para tranquilizarme.

-sientes algún dolor parecido a los cólicos?- pregunta.

-no-

-sientes dolor en la piel o mas profundo?-

-no se.. Solo me duele- deja de tocarme y abro los ojos.
Me encuentro con su mirada.

-tienes marcas en las piernas?-

-si. Sus dedos han quedado marcados en mi piel-

-puedes vestirte Julieth- me da la espalda y camina hasta su escritorio.

Bajo mi blusa, abrocho mi pantalón y bajo de la camilla para ir a sentarme en una de las sillas frente a él.

-haremos varios exámenes. Radiografías y ecografía para revisar como esta todo por dentro. Al perecer, gracias a Dios, no te fracturo nada. Fueron golpes fuertes pero nada que haya hecho daños mayores. Ten éstas pastillas, calmaran el dolor general, ésta crema ayudará a esa piel maltratada por el pellizco- me pasa las pastillas y la crema que saca de una de las gavetas de su escritorio.

Me mira en silencio por unos segundos. Como si se debatiera en hacer una pregunta.

-Julieth.. Ese imbécil llego a tocarte mas abajo de donde te lastimo?- pregunta con cautela.

-no. Gracias a Dios, Allek llego justo a tiempo. Si hubiese llegado un segundo mas tarde, yo..- se me corta la voz de solo pensar lo que hubiera pasado.

-esta bien. Ya no pienses mas en eso. Mas tarde te buscaré para hacerte los otros exámenes-

-esta bien-

Se pone de pie y yo lo imito, viene hasta mi y me abraza. Me tenso al principio, pero luego envuelvo mis brazos sobre su cuerpo y me siento tranquila. Su calor me reconforta y me recuerda que no estoy sola en este lugar. Que hay personas que me quieren y se preocupan por mi.

-gracias Flavio- murmuro.

-no tienes que agradecer nada- nos separamos y nos sonreímos.

Salimos juntos de su consultorio y nos encontramos con Akari y Valentino.

-oh! Ya terminaron.. Traje ésto- Akari me muestra el pequeño estuche donde guardo mi maquillaje.

-gracias- lo tomo y volvemos a entrar a la oficina de Flavio.

Mientras cubro mis moretones hablamos de otras cosas y nos distraemos con tonterias. Akari se muestra un poco incomoda y alejada de Flavio. Eso es extraño, ya le preguntare, ésta mañana no pudimos hablar bien.
Salimos de ahí dejando a Flavio en su trabajo y nosotros vamos a la oficina a visitar a Matt.

-donde están Isa y Rita?- pregunto mientras bajamos las escaleras.

-las dejamos en la habitación- responde Akari.

Apenas llegamos donde Matt, enseguida me abraza y me siento como una niña pequeña abrazando a su padre después de no haberlo visto por días. Me es imposible no derramar lágrimas. Matt es el padre que nunca tuve, el padre que la vida me ha regalado, el padre que siempre me hizo falta.

No hay preguntas, ni lamentos, ni miradas de lástima. Nos sentamos y entablamos una agradable conversación.

-el próximo fin de semana las llevaré a casa y así conocerán a mis otras chicas, que les parece?- propone Matt.

La idea nos encanta, nos hace feliz hasta un nivel tan alto que es difícil de explicar.
Empezamos a hacer planes para cuando estemos juntos con su familia y no esta de más las quejas falsas de Valentino por tenernos a todas juntas en el mismo lugar.

En mi mente pasa varias veces el nombre de Allek. Dónde estará? Ya no quiere verme? Volvemos al principio. Adiós besos robados, adiós bromas, adiós confianza.
Allek vuelve a ser Allek el diablo. Ya no importa si yo le salvé de un disparo, y tampoco que él me salvara de un estúpido mafioso y de un desgraciado violador.

Al menos en esos días conocí a un Allek diferente. Al parecer no siempre es amargado y seco.

Te odio porque te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora