Te odio porque te amo.

Capitulo 48.

-hola chicas.. doctor- Keith llega y saluda.

No me pasa desapercibido el ligero rubor de Isa cuando el recién llegado se sienta a su lado. Él y Flavio entablan una conversación sobre lo que ha venido sucediendo el día de hoy y luego nosotras nos vamos metiendo tambien en la conversación.

-quién les dio permiso para ponerles nombres a estos pobres cachorros?!- pregunta Keith que al igual que Valentino no le gusta los nombres que escogimos.

-Valentino- responde Rita acariciando la cabeza de un inquieto Snow.

-son horribles!- dice con exageración.

-oye no te metas con los nombres que escogimos. Son hermosos y van con el color de cada cachorro!- defiende Isa.

A Keith se le iluminan los ojos y sonríe, ha encontrado un tema para molestar a Isa. Ambos se ensanchan en una discusión, Keith disfruta hacer enojar a Isa, y ella es tan inocente que no cae en cuenta de sus intensiones.

-de esas peleas entre estos dos, va a salir algo... Y créeme que no será odio. No señor, será amor puro..- murmura Rita en mi oreja con evidente emoción y haciendo se la interesante.

-y créeme que no serán los únicos..- le contesto, dandole a entender que sé que entre ella y Jack hay algo.

-que hay entre tu y él?- nosotras quedamos por fuera de la "discusión" de Isa y Keith, y de los tórtolos que se agarran de la mano con disimulo.

-nada..-

-era por él que estabas llorando aquella vez y la razón por la que andas de grosera y a la defensiva todo el tiempo?- hablamos bajito para que nadie escuche.

-tuvimos una discusión muy fuerte. Lo insulte, le dije cosas muy feas y ahora solo hablamos lo necesario. Habíamos creado algo así como una amistad que apenas estaba creciendo pero no termino de crecer porque enseguida discutimos y yo fui muy dura- lo sabia!

-y te has disculpado?-

-si.. Pero no enseguida, lo hice después de varios días de estar recapacitando. Y ahora parece que él me odia- dice con pesar. Como si eso le doliera.

-espero que puedan solucionar eso. Si estaban empezando una bonita amistad es porque congenian, es normal las discuciones. Nosotras discutimos casi todo el tiempo pero al rato estamos bien nuevamente. Se que una amistad con un hombre es diferente pero hay que saber comprender uno al otro para poder llevarse bien-

-el problema esta ahí..- murmura triste.

La miro confundida sin saber a que se refiere.

-yo no quiero una amistad.. Yo quiero mas de él- oh! Me sorprendo de verdad.

-te has enamorado?- murmuro.

Ella me mira con sus ojos aguados, con arrepentimiento, con tantos sentimientos y sé que necesita un abrazo, pero tambien sé, que si la abrazo ella se derrumbara y no queremos que todos se enteren.

-no se como paso..- habla con la voz temblorosa. Pongo mi mano sobre la suya.

-hablaremos luego amiga. Estoy segura que no quieres que todos se enteren- le regalo una sonrisa para que se reponga. Limpia con disimulo un par de lagrimas que escaparon de sus ojos.

-vamos a buscar buenos puestos para ver el partido- Keith se pone de pie y todos le seguimos.

El sol ha bajado bastante, deben ser las seis de la tarde y es excelente el momento para el partido, así el sol no nos molesta a todos.
El lugar que han adecuado para el partido de fútbol no es tan grande. Ya hay algunos hombres en el lugar, la mayoría casi andan borrachos.

-mañana podremos dormir hasta tarde, cierto?- pregunta Isa a Keith.

-claro, floja- responde Keith a su lado.

-no soy floja- se queja Isa indignada.

-claro que si. Estas preguntando si puedes dormir mañana hasta tarde- vuelven a empezar a discutir.

Flavio se aleja de nosotros cuando un grupo de hombres que están mas allá de nosotras le llaman.

-parece que a Keith le gusta buscarle la lengua a Isa y escucharla pelear- dice Akari.

-y a ti parece que te gustan los doctorcitos, no?- la molesta Rita.

-me gustan.. Pero solo eso- se encoge de hombros restando le importancia.

-solo eso? O sea no estas enamorando te de Flavio?- pregunto.

-pasar tiempo con Flavio es divertido pero muy tranquilo. Es un buen hombre y es muy sexy, pero le hace falta algo.. Ser mas atrevido, más.. más.. No se. Le hace falta una chispa a ese hombre- hace una mueca pensativa y a la vez confundida.

Rita y yo nos miramos confundidas y luego estallamos en risas.

-por que se ríen?-

-es que ni tu misma sabes que es lo que quieres!- la acuso.

-no es justo que juegues de esa forma con Flavio, es muy bueno con nosotras- señalo.

-no juego con él, solo dejo que las cosas pasen pero es que ni siquiera hemos pasado al segundo nivel- se queja.

-solo han sido besos?- indaga Rita.

-besos, pero besos normales, cortos, sin manos ni nada mas allá..-

-shh a callar. Ya viene- digo cuando veo a Flavio venir hacia a nosotras.

Después de unos minutos los jugadores llegan a la cancha, cuando vemos a Valentino gritamos su nombre para que sepa que estamos aquí viéndolo, nos sonríe apenas nos localiza.

El partido empieza y creo que todos los hombres del cuartel están aquí afuera, sigo sin ver a Allek y eso me tiene decepcionada. Keith e Isa hablan tranquilos del partido, ella grita cuando Valentino tiene la pelota, Rita tambien la acompaña en los gritos. Akari sigue al lado de Flavio, todos están entretenidos en el partido, pero yo no.

Estoy muy agotada, quiero ir a la habitación, bañarme y dormir. Miro a mi alrededor busco al idiota que siempre me molesta, lo veo del otro lado del jardín acompañado de dos hombres viendo el partido. Me acerco a Akari que es la que tengo mas cerca y susurro en su oído para que el resto no se entere y me hagan quedarme mas tiempo.

-iré a la habitación, estoy cansada-

-ten cuidado- murmura, me regala una sonrisa y vuelve su vista al partido.

Vuelvo a mirar hacia todos lados percatando me de que nadie este pendiente de lo que hago, todos están entretenidos en el partido y en sus conversaciones. Aprovecho la distracción y con sigilo me encamino a la mansión y entro.

Dentro tambien hay hombres pero cada quien en lo suyo, no me miran ni molestan. Cada cuanto miro detrás de mi por si alguien me sigue pero no veo a nadie. Subo las escaleras a pasos apresurados, cuando llego al pasillo de nuestra habitación y al verlo solitario me tranquilizo, pero mi tranquilidad solo dura unos segundos. Unos dedos largos y callosos se envuelven alrededor de mi brazo con fuerza.

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