Marlene.
Sábado, trece de enero.
Me encontraba en la parte de atrás del auto. Miraba a través de la ventanilla con atención, para llegar a Magic Night había que atravesar una parte de la cuidad que era bastante visitada por los turistas por contar con un hermoso ecosistema. Por la gran cantidad de visitantes, el tráfico se volvía pesado algunas veces.
No lograba ver bien la playa, así que me concentré más en admirar las palmeras y algunas flores que adornaban la acera, aunque en ocasiones se tornaba un poco difícil por culpa de algunos carros que se interponían. Escuché el sonido que emitía mi celular como señal de que me llegó un mensaje.
Jessica: ¿Vas a llegar mañana? Estoy sola; me voy a ir si no llegas pronto.
Yo: voy en un auto, no en un cohete. Llego en menos de dos minutos.
Entré el aparato en mi bolso. Saqué un pequeño espejo para revisar mi maquillaje y asegurarme que estuviera bien. Me había arreglado en un santiamén, pues la invitación me tomó por sorpresa. Jessica tenía la mala costumbre de invitarme a salir de repente, o llamarme para que le hiciera compañía cuando estaba aburrida en algún lugar. Y esa noche era una de esas ocasiones. Quizás en otras circunstancias me hubiese negado a acudir al llamado de mi amiga, pero necesitaba despejar mi mente, y un par de tragos era lo más favorable. Un poco de diversión de vez en cuando no le caía mal a nadie.
—Ya llegamos —me avisó el chofer cuando abrió la puerta, vistiendo un traje negro que simulaba un uniforme de trabajo.
Guardé el espejo y me dispuse a salir. Ya afuera del automóvil, arreglé mi vestido azul que me llegaba hasta las rodillas. Observé el letrero donde se podía leer a la perfección el nombre de la discoteca desde lejos. Caminé hacia la entrada y esquivé a varios jóvenes borrachos a pesar de ser aproximadamente las ocho y media de la noche.
Magic Night era un lugar muy popular por su excelente decoración, además se encontraba ubicado en un punto estratégico para que los turistas tuvieran acceso a él. Los enamorados eran los que más visitaban el sitio; la mayoría pasaban la tarde cerca de la playa contemplando el ambiente, y luego culminaban sus citas en ese lugar, pues desde las ocho hasta las diez de la noche solo se colocaban baladas.
Mi vista se enfocó en la gran fila para poder entrar. Gracias a Dios no tenía que pasar por ese proceso para poder acceder. Me acerqué a la entrada, el guardia me observó a través de sus gafas negras por unos segundos, y me dejó pasar regalándome una sonrisa.
— ¡Yo también soy bonita y sexy! —Gritó una chica—. Déjame entrar — solicitó saliendo un poco de la fila para que el guardia pudiera observar sus atributos.
—Sé que lo eres, pero si continuas gritando te vas a quedar ahí parada toda la noche —advirtió el hombre con la mirada amenazante que lo caracterizaba y le era de mucha utilidad en su trabajo.
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[Completa] ¿Yo me opongo?
RomanceMarlene Baker está completamente enamorada de su novio, pero desde hace un tiempo su relación es un total desastre. La felicidad, el amor y el tiempo que pasaban juntos han sido sustituidos por lágrimas y mentiras...