Marlene
Martes, veintisiete de febrero.
Las tres estábamos sentadas sobre el césped del jardín de la universidad; justo debajo de un árbol para que el sol no nos molestara, ya era medio día y nuestras clases habían terminado. Y gracias a que acordamos elegir el horario de la mañana, lográbamos vernos algunas veces.
Paloma colocó su cabeza sobre mis piernas, y de inmediato empecé a acariciar su cabello rojo, dicha acción le gustaba mucho.
—No termino de creer que te vas a casar —confesó Paloma.
—Te entiendo. Yo soy la que se va a casar, y tampoco me lo creo —continuaba dudando que mi decisión haya sido la correcta, pero obviando todo lo que había hecho Taylor y como me sentía al respecto, deseaba casarme con él.
— ¿Y qué vas a hacer hoy? —interrogó Paloma, al mismo tiempo que se acomodaba sobre mi regazo.
—Hoy tengo que indicarle a mi mamá y a Jazmín dónde quiero que estén los arreglos florales, que lugar va a ocupar cada invitado tanto en la ceremonia como en la fiesta, y un sin número de cosas más —expliqué. Miré a Jessica, cada vez que hablaba del tema suspiraba.
—Debe de ser agotador hacer todo eso —dejé de acariciar su cabeza.
—No lo creo. Mi mamá y Claudia se están encargando de casi todo, y cada día veo una enorme sonrisa en sus rostros. Ellas lo están disfrutando bastante —reí al recordar que a mis padres les emocionaba el hecho de pensar en sus nietos; y todavía no me había casado.
—Tu mamá es muy hábil organizando esa clase de eventos. Lo está haciendo bien a pesar de no contar con mucho tiempo —Paloma se sentó enfrente de mí, a un costado de Jessica—. Ahora que lo pienso, ¿Por qué decidieron casarse tan pronto?
—El día que Taylor me propuso matrimonio, algunos miembros de nuestras familias estaban presente y comenzaron a preguntar cuándo íbamos a casarnos —Jessica también estaba prestando atención a lo que decía—. Taylor respondió que lo mejor era casarnos el próximo mes, ya que cuando él se convierta en el presidente de la empresa y yo termine mi carrera, vamos a estar muy ocupados como para pensar en planear una boda —Jessica soltó una carcajada.
— ¿De qué te ríes? —Inquirió Paloma.
—Quizás sea cierto, o tal vez no —dijo entre risas.
— ¿A qué te refieres? —Cuestioné. A ella no le agradaba mucho Taylor, y siempre creía que todas sus acciones ocultaban algo.
—Puede ser que su explicación sea cierta. O que desea que se casen lo más rápido posible antes de que cambies de opinión —expuso muy seria.
—Déjala en paz, Jessica —demandó Paloma.
—Quizás sea cierto —confesé. Ambas se sorprendieron al escucharme, pues me negaba a admitir muchas cosas que involucraban a Taylor, y me hacían daño.
Podía asegurar que Taylor se percató de que no estaba segura de aceptar su propuesta, y que mis constantes dudas podían provocar que cambiara de parecer en cualquier momento, pues por más que lo negara, él me conocía bastante. Le encantaba analizar a las personas, y saber a través de su comportamiento que decisión podían tomar.
—Debemos hacer una pijamada —sugirió Paloma, para cambiar de tema.
— ¿Qué? —Preguntamos Jessica y yo al mismo tiempo.
— ¿Cuántas veces nos reunimos con nuestras amigas de la secundaria después que se casaron? Cinco o seis veces al año —respondió por nosotras—. Después de que te cases vas a estar muy ocupada acostumbrándote a tu nueva vida, más la universidad, y por ello van a ser muy pocas las veces que nos vamos a poder reunir —nos pusimos de pie—. Y por eso tenemos que aprovechar que todavía eres una mujer soltera, y hacer nuestra última pijamada. Tenemos que pasar mucho tiempo juntas.
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[Completa] ¿Yo me opongo?
RomanceMarlene Baker está completamente enamorada de su novio, pero desde hace un tiempo su relación es un total desastre. La felicidad, el amor y el tiempo que pasaban juntos han sido sustituidos por lágrimas y mentiras...