Marlene
Faltaban menos de siete días para que el mes de abril terminara. Todavía era difícil para mí creer todas las cosas que habían pasado, pero al transcurrir casi un mes ya me estaba acostumbrando a no tener a Deivi cerca.
Sin embargo, debido a mi regreso las personas estaban al tanto de mis movimientos. Eso impedía que pudiera visitar a Deivi. Extrañaba compartir con él. En algunas ocasiones hablamos por teléfono, pero solo durante pocos minutos, ya que no volverme una molestia para él era mi principal prioridad.
Cerré los ojos para que mis demás sentidos predominaran, y poder sentir a la perfección como el viento jugaba con mi cabello castaño. La manera en que mi sentido del olfato se agudizaba, y como el olor de las diferentes flores me deleitaba.
Era extraño comparar la manera en que mis sentimientos y pesares me atormentaban hace unos meses en esa misma banca, y que a pesar de estar rodeada de los mismos elementos no lograba apreciar ni disfrutar lo que me rodeaba. Sentir los escasos rayos de sol en mi rostro, ya que las ramas del árbol a mi lado no permitían que el sol me afectara por completo. Como el viento despeinaba mi cabello con tanta suavidad que hacía que el mismo acariciara mi cuello. Palpar el césped de bajo de mis pies con mis dedos, y disfrutar por completo lo que formaba parte de esa mañana.
—Mírala —dijo alguien—. Parece que está teniendo un orgasmo —comentó entre risas.
Abrí los ojos con pesadez para ver a Jessica y Paloma caminando hacia mí. Y por la expresión formada en el semblante de Jessica deduje de inmediato que fue ella la que hizo tal comentario. Me puse las sandalias y cerré el libro sobre mis piernas.
—Hola —dijeron ambas al unísono. Sin embargo, mientras Paloma decidió sentarte a mi lado Jessica optó por quedarse de pie.
—Es extraño verlas aquí tan temprano —expuse, después de ver en mi celular que eran a penas las once de la mañana.
—Por algún motivo cancelaron las clases el día de hoy —explicó Paloma.
— ¿Le preguntas tú o lo hago yo? —Cuestionó Jessica, mirando a Paloma. Las observé a ambas curiosa.
—Yo lo hago —notificó Paloma, colocándose de lado en el asiento para verme mejor. Y luego Suspiró—. ¿Qué pasó durante tu cita con Taylor a noche? ¿Terminaron o no? —Interrogó sin tapujos.
—Nos reunimos en mi restaurante favorito —comencé hablar—. Caminamos un rato, y por último, hablamos sobre nosotros. Y le dije que... —me detuve cuando Jessica me indicó con su mano que no prosiguiera.
—Ya sé lo que le dijiste, no es necesario que continúes —Soltó un largo suspiro.
—Solo deseábamos confirmarlo —expuso Paloma, encogiéndose de hombros.
—Supongo que esta es la parte donde me gritas —deduje al saber lo que ella pensaba al respecto.
—No —peinó parte de su cabello negro hacia atrás. —Estoy orgullosa de ti —sonrió al ver mi cara de sorpresa ante su palabras. —Taylor es un idiota, pero sé que te ama, y seguro ya aprendió la lección —tomó asiento y quedé en medio de mis dos amigas. —Y, como estoy segura de que volviste a ser la misma que antes confío que las cosas van a resultar, y de no ser así, continuarás sin mirar atrás ni aferrarte a nadie —desarregló mi cabello.
— ¡Déjame! —Demandé, alejando sus manos de mi cabeza.
—Tengo hambre —avisó Paloma. —Vamos a comer.
Las tres nos dirigimos al interior de la casa. Y pensé que ya había llegado la hora de visitar a Deivi.
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[Completa] ¿Yo me opongo?
RomansaMarlene Baker está completamente enamorada de su novio, pero desde hace un tiempo su relación es un total desastre. La felicidad, el amor y el tiempo que pasaban juntos han sido sustituidos por lágrimas y mentiras...