Deivi
Salí del ascensor deprisa. Entré a mi casa y fui directo a la cocina; después de beber agua caminé hacia la habitación.
Tan solo teníamos veinte días conviviendo. Podía parecer estúpido y demasiado cursi, pues las cosas entre nosotros surgieron muy rápido, pero me llenaba de regocijo estar con ella. Me alegraba compartir mi tiempo y espacio con ella. Aunque existieran algunas diferencias entre ambos, era consciente que ninguna relación es perfecta, y la nuestra no era la excepción.
Entré a la habitación, y lo primero que mis ojos enfocaron fue a Walkiris. Estaba sentada en el piso, a un lado de la cama, a su alrededor se encontraban varias fotos y dos cajas vacías. Sin embargo, lo que más me impacto fue ver las lágrimas que recorrían su rostro.
—Hola, Deivi —secó sus lágrimas con el dorso de sus manos, y empezó a guardar las cosas que yacían en el suelo en el lugar del armario que estaba libre.
Yo continuaba observándola desde el marco de la puerta mientras guardaba las cosas. No sabía cómo debía actuar. Walkiris daba la impresión de poseer tanto vigor, y ante una situación como esa cuando sólo llevábamos pocos meses conociéndonos realmente no era consciente de qué palabras utilizar para consolarla.
— ¡Por fin terminé! —Exclamó, llena de euforia mientras cerraba las dos puertas del closet. Optó por fingir que nada pasó. —Es molesto, Deivi. No te quedes ahí observándome tan sorprendido, di algo —demandó, apoyando su frente en la puertas que acababa de cerrar.
— ¿Por qué estabas llorando? —Interrogué, sin poder ocultar mi curiosidad a sabiendas de que era una pregunta molesta. Además, de que ese acto contradecía su personalidad. ¿O tal vez esa era la verdadera?
—Debe causarte mucha curiosidad o quizás estás muy preocupado por mí —dio media vuelta, se deslizó despacio sobre el armario hasta quedar sentada en el suelo. —El Deivi amable y bondadoso que conozco no optaría por hacer preguntas que hieren a otros —explicó, mirándome directamente a los ojos. Ya no se lograba detectar un solo rastro de dolor en su semblante.
—Eres mi novia —expuse. —Es normal que me preocupe por ti —decidí entrar a la habitación. Me senté en mi escritorio, coloqué mi mochila encima de la mesa, y saqué mis cuadernos.
Me concentré en realizar los deberes de la universidad. Cualquiera lo suficiente interesado en Walkiris se daba cuenta a simple vista que había enfrentado cosas difíciles, y no deseaba obligarla a que se abriera conmigo si no lo deseaba.
—Sé tocar el piano —dijo de repente al mismo tiempo que se ponía de pie y se arrojaba sobre la cama—, la flauta, el violín y la guitarra —soltó un largo suspiro. —Cuando era pequeña me encantaba aprender cosas nuevas, pensaba que mi madre quería que en futuro fuera una chica inteligente. Después con el paso de los años me di cuenta de la cruda realidad —apenas estaba susurrando. Aproveché que era una silla de ruedas para impulsarme con los pies para dar media vuelta, pero no lograba ver el rostro de Walkiris, ya que estaba acostaba boca abajo. —Ella solo presumía con sus amigas las cosas que iba aprendiendo. Solo competían por quién tenía los mejores hijos —soltó una risa llena de amargura. —Era realmente patética su forma de vivir. Esa forma de pensar que poseen mis padres, creyendo que educación, dinero y una nana es lo único que necesita un niño para ser feliz —hizo una pequeña pausa. —Vivir con ellos era parecido al infierno. El único que cumple sus expectativas es mi hermano mayor, sin embargo, es fácil darse cuenta que vive en una ilusión, sus sonrisas son tan falsas que da asco —expresó con desprecio. —Puedes considerarte mi héroe, Deivi —caminó hacia mí y me besó, pero esa vez fue distinto. Sentí ese beso como ningún otro. Realmente puede palpar con mis labios la viva expresión del amor, y sin duda era el mejor. —En serio, tú me salvaste del infierno. Si no te hubieras enamorado de mí no sabría dónde estaría ahora —se sentó en mis piernas.
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[Completa] ¿Yo me opongo?
RomanceMarlene Baker está completamente enamorada de su novio, pero desde hace un tiempo su relación es un total desastre. La felicidad, el amor y el tiempo que pasaban juntos han sido sustituidos por lágrimas y mentiras...