Capítulo 7

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Lucas.

Casa de Lucas en multimedia.

Estoy sentado a la mesa desayunando con papá. Es el primer desayuno que tengo con él después de mucho tiempo y me agrada eso de que vamos a pasar más tiempo juntos ahora.

—Y bien, cuéntame ¿Cómo te la pasaste sin mi?

—Bien.

—¿Sólo Bien?

—Sí, si estuvieras aquí la hubiese pasado genial.

—¿Y qué hiciste?

—Nada interesante. Mis amigos vinieron a visitarme unas cuantas veces.

—¿Pero no hicieron ninguna de sus travesuras verdad?

—Esta vez no papá —tomo un sorbo de mi jugo —Nada de travesuras está vez.

—Espero y sea cierto eso que dices. Me cuesta mucho creerte. ¿Cumpliste con lo que te pedí?

—Claro que sí papá.

Recuerdo la advertencia que me hizo antes de marcharse a su viaje y me pareció una estupidez que me haya  pedido que no me acerque a la chacha, pero luego de ver su manera de portarse con ella cuando regresó pude comprenderlo.

Papá sabe que soy mujeriego y que me gustan las mujeres. No puedo estar sólo con una, pero no caería tan bajo como para meterme con una sirvienta y menos con una chica como ella. No es ni guapa ni atractiva nisiquiera ha llamado mi atención. No me atrae ni para echar un polvo.

—¿Por qué me pediste eso papá?

—Te lo advertí porque te conozco Lucas y se de lo que serias capaz. Eres mi hijo y ella mi empleada, pero si te atreves a hacerle daño puedo olvidarme por un momento que eres mi hijo.

—¿Es eso una amenaza papá? —lo miro a la cara y noto su seriedad.

—Claro que lo es y va muy en serio. No quiero otra de tus estupideces.

Sé a que se refiere cuando dice que no quiere otra de mis estupideces. Papá no me juzga y nunca lo hizo cuando sucedió todo, pero me duele que lo recuerde y sobre todo que piense que yo sería capaz de hacerlo una vez más.

—No voy a meterme con ella papá. Nisiquiera me agrada y en cuanto a mis estupideces no te preocupes, eso no volverá a ocurrir otra vez —  termino mi jugo y me levanto de la mesa —Estaré en mi habitación papá. Que tengas buen resto del desayuno —me marcho.

Voy por el pasillo hacia mi habitación y cuando llego encuentro abierta la puerta de mi habitación. Estoy seguro de haberla cerrado antes de bajar a desayunar.

Entro y veo a la chacha limpiando el piso. Esta chica es tan atrevida.

—¿Qué haces aquí? —pregunto molesto.

Ella se gira y noto lo asustada que se pone cuando me ve —Estoy... limpiando su habitación.

—Sí, Ya lo sé. ¿Yo te pedí que lo hicieras?

—No.

—¿Entonces porque diablos te metes a mi habitación sin que yo te lo pida?

—Creí que podía necesitar que limpiara un poco su habitación.

—Crees. Siempre estás creyendo. ¿Por qué siempre andas de atrevida?
Eres tan insoportable. ¡Sal ahora mismo de mi habitación!

—Necesito terminar de secar el piso.

—¡Sal de aquí!

—Deje que por lo menos termine.

Maldición está estúpida va a volverme loco ¿Es que no oye cuando le hablan?

—¡Qué salgas ya de mi habitación!  —le doy una patada al balde de agua haciendo que se voltee y toda el agua se derrama en el piso.

—Perdón —ella se da la vuelta y camina hacia la salida.

—¿Qué vas a hacer? ¿Piensas irte y dejar todo este desastre aquí?

Ella se vuelve y me mira.

— ¡Limpialo todo y que sea pronto!

Baja al suelo, levanta el balde y el trapeador.

—¿Qué es todo este ruido, Qué está pasando? —papá entra a la habitación y me mira con sorpresa. ¿Tú hiciste esto Lucas?

—Esta estúpida lo provocó —contesto.

—Mónica deja eso y vete —dice.

Ella no se marcha sólo sigue tratando de secar el piso.

—Mónica es una orden —vuelve a decir papá.

—Con su permiso —me mira luego se va. Logro ver varias lágrimas por sus mejillas y no me importa que llore. No me causa lástima.

—¿Qué le hiciste? —pregunta papá.

—Nada.

—¿Por qué le gritabas?

—Porque la encontré dentro de mi habitación sin que yo se lo haya pedido. Es una atrevida. No se porque no la despides.

—Porque no tengo motivos para despedirla. Ella sólo hacia su trabajo.
No quiero que vuelvas a gritarle otra vez ni a hablarle de ese modo. Si pasa algo con ella me lo cuentas a mi —se da la vuelta.

—Quiero que venga a limpiar este desastre. Mi habitación no se piensa quedar así.

—Claro que no se va a quedar así. Tú lo hiciste, tú lo limpias.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste —sale de la habitación.

Soy tu hijo. Ella es la sirvienta. Tú no puedes tratarme de este modo. Por su culpa mi mejor amigo no me habla y ahora tú me haces esto también por su culpa. Cada día te soporto menos estúpida chacha.

La imagen de arriba es de la casa de Lucas.

Siento lo corto del capítulo, pero les prometo que el proximo será muy largo.
Me encantó escribir este y hacer que Lucas se sintiera un poco mal.
Es muy idiota con Mónica
 

Tú, eres mi perdición #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora