Capítulo 66.

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      Dedicado a: America19104

Mónica.

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Hoy mentí para venir contigo —digo en lo que Lucas deja pequeños y húmedos besos en mi cuello.

—¿Y te arrepientes? —su aliento hace cosquillas en esa zona y continúa con sus besos.

—No lo sé —hundo los dedos en su sedoso cabello negro y cierro los ojos.

—Voy a hacer que no te arrepientas de lo que hiciste —se aparta de mi cuello y besa mis labios.

Después de que Lucas se  marchara de mi casa ayer, discutí con Anabel y le aclaré que él y yo sólo somos amigos. Esa noche él me escribió antes de dormir para recordarme su invitación. Me negué, pero al final terminó convenciendome y tuve que mentirle a Anabel diciéndole que iría a casa de Ally para un trabajo de la universidad.

Nunca le había mentido a mi hermana.

Fuimos a la feria. Todo estuvo muy divertido. Subimos a dos entretenimientos y comimos algunas chucherías antes de que la lluvia comenzara y corrieramos a su auto. No podía mojarme porque todavía estoy un poco resfriada.

No tengo idea de como permití que me trajera a su departamento, ni como terminamos basándonos contra la pared de su habitación. Él con su camiseta fuera y yo sin mi blusa.

—Lucas, ¿Qué haces? —grito en cuanto me saca el celular del bolsillo de atrás del pantalón, lo apaga y lo deja encima de su mesita de noche.

—No quiero interrupciones.

—Me pueden llamar. Mi hermana...

—Shh... —me interrumpe con un beso —¿Qué edad tienes?

—Dieciocho.

—Ya tienes edad suficiente para llegar a casa a la hora que quieras, así que ya deja de pensar en eso. Nadie puede regañarte —muerde mi labio inferior.

—¿Qué vamos a hacer?.

—Nada que tú no quieras —me besa —Llegaré donde tú quieras que llegue —dice entre besos y sus manos buscan al cierre de mi pantalón, después se detiene —¿Tu periodo?

—No —contesto avergonzada. ¿Cómo puede estar pensando en eso ahora?

—Bien, ningún periodo en camino —reanuda su trabajo en mi pantalón y los desliza por mis piernas. Se arrodilla para terminar de sacarlos. Mis mejillas arden de la vergüenza cuando se queda un par de segundos viéndome allí.

Si me hubiese imaginado que terminaríamos así, habría escogido una mejor ropa interior en lugar de estas tan infantiles con florecitas. Por suerte depilé esa zona y mis piernas hace algunos días.

Se incorpora y coge una de mis manos, colocandola sobre sus pantalones. Justo en la parte delantera. Mis ojos se abren.

—Nunca unas bragas me habían puesto tan duro.

Supongo que eso tiene que ser algo bueno por la expresión de su rostro.

—Eh..., ¿Gracias? —él sonríe.

—Quitatelo —mira mi sostén también de florecitas. Llevo las manos a los broches y los saco. Él ya me vio los pechos antes, no tengo que avergonzarme —Ahora déjalo caer —lo saco por completo y lo lanzo al piso. El traga pesadamente —¿Ya te dije que me encantan tus tetas? —baja la cabeza y se lleva uno de mis pezones a la boca.

—Oh... —siento un cosquilleo entre mis piernas.

Agarra mi trasero y me levanta haciéndome envolverlo con mis piernas. Intercambiando besos entre mis pechos y boca camina conmigo hasta la cama y me deposita en esta, con mis piernas colgando fuera de esta.

Tú, eres mi perdición #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora