Capítulo 54

2.7K 393 261
                                    

Mónica.

—¡Mónica! —grita Ally mientras viene detrás de mi por los pasillos de la universidad.

—¡Ya deja de perseguirme Ally, ¿Qué te pasa? —camino deprisa para que no me alcanze, pero lo hace al instante en cuanto consigo llegar a fuera.

—¿Qué te pasa a ti, Mónica?
—me sujeta fuerte por el antebrazo —Estuviste distraída durante toda la clase, luego sales corriendo y te echas a llorar. Tú no eres así Mónica, ¿Qué tienes?

Tengo un corazón roto, pero no es culpa de nadie, sino mía por haberme fijado en la persona equivocada.

¿Por qué de tantos chicos en este mundo tuve que haberme fijado justo en este?

—Nada Ally —contesto a su pregunta.

—Mirame —gira mi rostro y me obliga a mirarla. Empiezo a sentir nuevamente la humedad en mis ojos —Cuando te pones así de triste es porque tienes problemas.

—Ally no es nada.

—¿Estás teniendo problemas en casa? ¿Es por dinero? Dímelo Mónica, sabes que sea lo que sea voy a ayudarte.

Si puedes ayudarme a conseguir un nuevo corazón, pues te lo agradecería mucho.

—No es nada de eso Ally.

—Entonces dime que es. Confía en mi —suelta su agarre de mi antebrazo y pasa una mano por mi cabello.

Ally es mi mejor amiga y es la persona en la que más confío después de mi hermana, pero esto no es algo de lo que quiera hablar con ella, ni con nadie más.

La semana pasada recibí varios mensajes del joven Lucas, en los que pedía hablar conmigo; lo cual me pareció totalmente extraño y sorprendente.

Quise saltar de la emoción, porque al menos conservó mi número cuando le estuve escribiendo para saber de su paradero hace un tiempo.

No contesté los mensajes, pero el día anterior a este me presenté en su departamento olvidando el suceso de la última vez que estuve aquí.

Esta vez no fue muy distinta, porque a penas di unos pasos por las escaleras, cuando vi a una muy linda chica salir de su departamento. No era la misma chica de ese día.

Una vez más como la tonta y cobarde que soy me retiré antes de que uno de los dos pudiese verme.

Desde entonces estoy así: llorando por una persona a la que no le intereso e interesada en alguien que nunca va a mirarme.

Tengo el corazón más masoquista de este mundo.

—Mónica, habla conmigo por favor.

—Ally yo..., esto es tan difícil —cierro los ojos muy fuerte para evitar que las lágrimas salgan.

—Mónica —una voz que no es la de Ally, pero que podría reconocer entre multitudes pronuncia mi nombre.

La situación se está tornando tan grave que incluso empiezo a imaginarme su voz. —Terminarás loca, Mónica.

—¿Mónica? —una vez más dice mi nombre. Abro los ojos y me doy la vuelta, para darme cuenta de que esto es real.

Él verdaderamente está aquí y ha dicho mi nombre.

—Joven —susurro aún sin creerlo —Q-qué hace usted aquí?

—Yo..., necesitaba verte —contesta algo dudoso.

Ya empiezo a alucinar y a escuchar cosas.

—¿Verme?, ¿A mi?

—Sí, a ti —se acerca un poco más y quiero pedirle que se aparte —¿Podemos hablar un momento? —sus hermosos ojos verdes van a los míos y aparto la mirada —por favor—añade y dirige la mirada hacia Ally haciendome recordar su presencia.

Tú, eres mi perdición #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora