Capítulo 63.

2.4K 344 210
                                    

Dedicado a: melanygatita

                  1/2

Mónica.

—Lucas —murmura el señor Jack, viendo a su hijo detrás de mí. El rostro de Lucas es toda confusión y sorpresa y lo entiendo perfectamente. Él no se esperaba ver a su padre todavía, yo tampoco.

—¿Qué hace él aquí? —pregunta entre dientes mirando hacia mí. Se ve muy molesto.

—Lucas..., hijo...—habla su padre.

—¡No vuelvas a llamarme así! —grita dirigiéndose a su padre. Jack baja la mirada triste y a mí también me duele que las cosas estén ocurriendo de esta manera. Siempre quise que el encuentro entre ambos solucionara todos sus problemas, no que los empeorara.

—Lucas, por favor, déjame hablar contigo. Sólo un momento.

—No quiero hablar contigo, ni ahora, ni nunca. ¡Y no te atrevas a hacerlo! —lo apunta con un dedo cuando ve que su padre trata de entrar al departamento. Su padre se detiene en seco.

—Oye, Lucas... —empiezo a hablar, pero me veo interrumpida por él.

—Tú dile que se vaya.

—No, yo no puedo hacer eso —me paro frente a él y busco su rostro. Sus ojos están cristalizados por las lágrimas contenidas.

—Díselo, o lo echaré yo de aquí —giro mi rostro para ver al señor Jack aún de pie en la entrada un poco cabizbajo y con tristeza evidente en su rostro.

¿En serio piensa quedarse ahí? ¿Por qué no entra de una vez y lo obliga aunque sea Por las malas a sentarse y a escucharlo? Él es su padre y no debe hacer caso a las cosas que diga su hijo.

—Mónica, sigo esperando—me recuerda Lucas lo que debo hacer y yo no pienso hacerlo.

—Está bien, Mónica, ya escuché —dice Jack al darse cuenta de que no voy a hacer lo que me ha pedido su hijo. Se da la vuelta para marcharse.

—Señor, no—

—¡Y olvídate ya de que existo! —su padre se detiene para escucharlo —¡Haste de cuenta de que estoy muerto y que esto nunca acabó de suceder! —Lucas está siendo muy hiriente con sus palabras y puedo imaginar cuanto está destrozando todo esto a su padre.

Jack se vuelve a su hijo y lo encara —Puedes pedirme lo que quieras Lucas, pero no eso. No voy a hacerme de cuenta que no existes y aún murieras —le tiembla un poco la voz —tampoco lo habría hecho. Aunque te duela y te cueste aceptarlo sigues siendo mi hijo y no me importan las veces que me eches de aquí, pero tendrás que empezar a acostumbrarte a verme —nos da la espalda y se va sin más.

Lucas y yo nos mantenemos en total silencio. Todavía no logro asimilar lo que acaba de suceder y sé que él igual. Noto que respira algo alterado y decido ir por un poco de agua para él.

—No debiste ser tan duro con él —yo decido romper el silencio.

Se toma toda el agua y luego contesta —Tú, tú sólo lo dices porque no sabes como se sintieron para mí cada una de sus palabras aquel día.

—Sé que fue muy duro contigo, pero igual es tu padre y tienes que perdonarlo —no me contengo y llevo una mano a su mejilla acariciandola con mi palma.

—Puedo olvidar que lo es—toma mi mano, pero no  la aparta, sino que guía mis caricias a su otra mejilla.

—No, eso no puedes cambiarlo por nada del mundo —podríamos tener a los peores seres de este platena como padres, sin embargo nada ni nadie podría cambiar nuestro parentezco y que sus genes corriera por nuestra sangre. Ni siquiera tener padres adoptivos podría cambiar eso.

Tú, eres mi perdición #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora