Capítulo 53.

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Lucas.

—¡Maldición! —maldigo una y otra vez y empuño las manos. Nunca he deseado golpear algo tan mal como lo deseo en este momento.

—Aún sigo esperando por usted, joven —dice la cajera algo desesperada.

—Deme un momento por favor —saco el celular de mi bolsillo y le marco a la persona con la que más contacto he estado teniendo en estas últimas semanas.

—Lucas —contesta. De fondo puedo escuchar la voz de una chica nombrándolo. Seguramente estaba teniendo sexo. Nada extraño.

—Edward, necesito que me hagas un gran favor.

—¿Qué pasa, Lucas? —se oye preocupado.

—Es una larga historia. Por favor, necesito que vengas ahora a Trader Joe's.

—¿Al supermercado?

—Sí, y trae dinero contigo.

—¿Dinero?, ¿Para qué necesitas dinero?

—Ya luego te digo Edward, trae el dinero y cállate.

—Está bien, ya voy.

—Ed  —la chica vuelve a llamarlo.

—Espera un momento, cariño.

—Date prisa y dile a tu chica que luego terminas con ella  —cuelgo.

—¿Ya terminó, joven? —pregunta la cajera.

—Pagaré en efectivo, espere unos minutos.

—Sí, pero mientras tanto salga de la fila. Hay otras personas esperando.

Me hago a un lado y me contengo de decirle unas cuantas cosas a esta amargada.

Edward no tarda mucho en llegar, más bien llegó más rápido de lo que pensé.

—Aquí está el dinero, Lucas —habla agitado. Estuvo corriendo —Ahora, ¿Me vas a decir que pasa?

Tomo el dinero de sus manos y lo cuento. Es más que suficiente.

—¿Lucas?

—Papá..., él canceló mi tarjeta.

—¿Qué? —exclama.

—Sí, canceló la maldita tarjeta —estoy furioso.

—No puedo creer que tu padre esté actuando de ese modo contigo. Eres su hijo.

—Tampoco yo. Creí que le fue suficiente con quitarme todo antes de que me fuera de casa, pero no. También tuvo que cancelarme la tarjeta de crédito.

—Quizás esté haciendo todo eso para que regreses con él, Lucas.

—Va a pagar muy caro todo esto que me está haciendo y nada de lo que haga hará que vuelva a casa —vuelvo a integrarme a la fila y espero mi turno para pagar.

Todavía me cuesta creer que haya llegado tan lejos y que me haya quitado lo único que me quedaba.

Edward se queda a esperarme y luego me lleva al departamento en su auto.

—¿Qué piensas hacer ahora, Lucas? —me pregunta cuando entramos. Durante el recorrido hacia acá no mencioné nada sobre el tema, ni él tampoco.

—¿Cómo que, que pienso hacer?, pues, nada Edward —contesto y voy con las bolsas a la pequeña cocina.

Edward viene detrás de mi —No estás trabajando, Lucas y vas a necesitar dinero. Yo no podré dártelo siempre.

—Lo sé, Edward y no te preocupes. Voy a pagarte lo que me prestaste hoy.

Tú, eres mi perdición #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora