Capítulo 65.

2.4K 339 344
                                    

Lucas.

Mi vida ha dado un gran giro sorprendente e inesperado y me agrada como empieza a marchar todo, sobretodo me agrada haber establecido una amistad con Mónica y que la situación con papá esté mejorando.

—Y bien Lucas, ¿Qué pensaste sobre lo que te dije? —papá llama mi atención nuevamente.

Dejo de mirar la pared blanca del salón de mi departamento y lo enfrento por fin —No.

—¿No? —parece sorprendido ante mi respuesta.

—Así es. No regresaré a casa.

Estuve pensando en lo que me propuso desde que salí del hospital y no sé si he tomado la mejor decisión, pero siento que esto es algo que necesito. 

He dependido toda la vida de papá y si regreso a casa, a mi antigua y comoda vida, tendré que mantenerme bajo sus ordenes y hacer las cosas que él prefiera para mí. Ya no estoy dispuesto a eso y esta vez quiero empezar a hacer las cosas que me gustan a mí.

—¿Estás seguro de que eso es lo que quieres?

No estoy del todo seguro, sin embargo es lo que quiero por ahora, aunque mañana me arrepienta de mi apresurada decisión.

—Lo estoy —contesto a su pregunta.

—Si quieres puedes pensarlo unos días más.

—No hace falta. De verdad estoy seguro.

Él me observa por unos segundos antes de soltar un suspiro de cansancio. Parece que al fin se ha rendido y dejará de intentar convencerme.

Se pone de pie y viene junto a mí —Quiero que regreses, pero ya eres mayor y no te puedo obligar mete una mano a su bolsillo y saca algo —Te negaste a la tarjeta, pero el auto no está en discusión —me ofrece las llaves que cuelgan entre sus dedos.

No puedo creer que me esté devolviendo el auto.

—La tarjeta no la quiero. El auto..., bueno, eso sí lo necesito.

Sonríe —Entonces tomalo. Es tuyo de nuevo —me entrega las llaves.

—Gracias... papá

Él esboza una gran sonrisa y sus ojos  transmiten tanta felicidad y algo más que no consigo descifrar. La última vez que me vio de esa manera fue cuando tenía 15 años.

Salía con él y Emily de una cafetería, entonces me detuve y sin decir nada volví dentro regresando con un sándwich y un jugo. Ofreciéndoselo a una niña de unos 7 años que se encontraba afuera de la cafetería sentada en el suelo con los ojitos llorosos.

Al ver la sonrisa que me regresó luego y la alegría en sus ojos después de prometerle que contactaríamos un orfanato para que así pudiera conseguir una familia ya que la suya no estaba, me hizo sentir la mejor persona en el mundo.

Siempre consigues encontrar a alguien que necesite de ayuda y realizas una buena obra. Me siento tan orgulloso de ti Lucas —dijo papá.

¿Y de mí, papá? —cuestionó Emily.

Y de ti también princesa. Me siento orgulloso de ambos —fue la última vez que lo vi sonreirme de la manera en la que lo está haciendo ahora. Con orgullo.

—No tienes que agradecer nada, hijo —lo veo dudar un momento, después lo hace. Me abraza. Ese también fue el último día en que me abrazó así.
Se aparta luego de unos segundos —Ya tengo que irme, pero supongo que puedo volver a visitarte, ¿verdad?

Tú, eres mi perdición #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora