Capítulo 31.

4.2K 635 453
                                    



—No, no lo se —contesto y sigo mirando a Daniel, esperando a que continúe, pero se queda callado —¿Por qué no me lo dices? No me dejes con... —un fuerte agarre en mi antebrazo me interrumpe y siento como la mano me hala hacia atrás, apartandome de Daniel. Levanto el rostro y miro a la persona que me sujeta. No me sorprende ver al joven Lucas.

—¿Te molestaría prestarmela por un momento Daniel? —le pregunta a Daniel, como si fuese él quien debe tomar esa decisión y no yo.

—No, claro que no me molesta —contesta Daniel.

—Tengo que hablar algo importante con ella, pero no te preocupes, enseguida te la regreso.

—Sí, está bien Lucas.

De verdad que no puedo creerme esto. Estos dos chicos toman decisión por mi como si yo no estuviese presente.

Él sujeta más fuerte su agarre en mi antebrazo y me lleva con él —¡Ah, me ha dado mucho gusto verte otra vez Daniel! —grita y puedo detectar la hipocresía con la cual dijo eso.

—Igual Lucas —también hay hipocresía en la voz de Daniel.

Se dirige conmigo hacia otro pasillo, ¿Por qué qué tiene tantos pasillos esta casa?. Me arrastra literalmente por el pasillo, con demasiada prisa. No puedo caminar con estos zapatos, están asesinando mis pies.

Estoy apunto de gritarle que se detenga, pero por suerte lo hace inmediatamente llegamos afuera. Nos encontramos en el patio trasero de la casa, donde no se puede escuchar el más mínimo ruido ni veo a nadie en estos alrededores. ¿Por qué me ha traído aquí? ¿Qué estará planeando? ¿Va a matarme aquí donde no hayan testigos para que nadie pueda culparlo?

¿Qué cosas pienso? Este chico no parece ser un asesino, y además ¿Por qué motivo me asesinaría? Creo que tengo que tengo que negarme a ver películas de terror con Ally, me están haciendo alucinar.

Él se para frente a mi y me mira fijamente a la cara; se ve molesto. ¿Habrá escuchado la conversación que tuve con Daniel sobre él?

—¿Qué hacías con él? —me pregunta.

—¿Con quién?

Clava sus ojos en mí y su rostro se pone más molesto.

—Ah, ¿Con Daniel? —digo —Estábamos hablando.

—Alejate de él.

Bien, esto es lo que faltaba. Daniel me pide que trate de tener cuidado con él y él me pide que me aleje de Daniel. ¿Qué se traen estos dos?

—¿Por qué tengo que hacer eso?

—Porque yo te lo estoy pidiendo y además papá no te trajo a esta fiesta para que le andes coqueteando a nadie.

—No le estaba coqueteando a nadie.

—¿No? Y te has pasado la noche pegada a un chico al que nisiquiera conoces y aparte sales y te desapareces con él  —y luego luego dice que no gasta su tiempo espiando a los demás.

—Él y yo solo estabamos charlando joven y no me desaparecí con él, vino conmigo para mostrarme el baño.

—Ya te dije que te alejes de él.

—¿Y por qué debo hacerlo, hay algo mal con él?

—¿Sabes por qué debes hacerlo? —viene más cerca casi pegando nuestros rostros —Pues, porque no soporto que nadie más desee lo mismo que yo —me toma con una mano por el pelo levantando mi cabeza, nuestros labios apenas rozandose  —Y tampoco que nadie más quiera follarte de la misma forma en la que yo quiero hacerlo —me besa antes de que yo pueda ser capaz de articular alguna palabra.

Tú, eres mi perdición #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora