Capítulo 20

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Mónica.

 
Tengo que estar soñando. Estas cosas solo suceden en sueños. Aún me cuesta creer que Lucas me haya besado. Este chico me odia ¿Qué digo? Me aborrece. ¿Por qué me ha  besado entonces?

No voy a negar que me gustó. Me encantó el beso. Nunca nadie me había besado así. Bueno, no es que haya besado tanto, apenas recuerdo algunos de ellos.

La primera vez fue con un chico de mi salón, los dos teníamos 10 años, fue solo un juego de niños. Jugábamos a los noviesitos y terminamos dandonos un beso.

La segunda vez y creo que también última tenia 15 fue con el hijo de uno de mis vecinos. Estábamos muy enamorados, o eso creo.
Anabel nos encontró dandonos un simple beso, nos hizo un escándalo y lo sacó a gritos de la casa amenazandolo con que si se atrevía a acercarse a mi lo mataría.

El chico sigue viviendo en la misma vecindad en el mismo lugar, pero ha cumplido con su promesa. Solo lo he visto unas cuantas veces y siempre que ve que intento acercarme a él se aleja.

Creo que por eso nunca he tenido novios. Anabel termina espantando a todo chico que se me acerca.

Han pasado varios días después de que Lucas me haya besado y cada noche se me hace imposible conciliar el sueño.

No dejo de pensar en ese momento, pero estoy segura de que no lo hizo porque le importo, sino para divertirse, pero no pienso dejar que juegue conmigo. No voy a ser una más de esas tantas chicas a las que solo utiliza.

Este beso significó tan poco para él que al dia siguiente trajo una chica a casa y fui testigo de todas las groserías y bulgaridades que grito esa chica mientras tenían sexo en una de las habitaciónes de abajo.

El dia después trajo a otra con la cual no se que habrá ocurrido porque salió con la cremallera del vestido hacia abajo y llorando.

Yo intenté ser amable preguntandole que le ocurría y lo que hizo ella fue insultarme descargando todo su enojo conmigo. ¿Así que yo tenia que pagar por lo que le había hecho él?

****

Llego a mi habitación y le marco a Anabel, hablo un momento con ella y con Chris, luego me acuesto a descansar. Algo que no consigo.

Doy vueltas sin parar sobre la cama sin conseguir el sueño, así que opto por levantarme.
Tomo unas acuarelas del cajón de la mesilla y una libreta. Hago lo de siempre cada vez que no puedo dormir. Pintar.

Siempre me ha gustado pintar, amo pintar, pintar lo es todo para mi. Me lleva a otro lugar y cuando estoy triste es lo unico que me hace olvidar.

Consigo hacer el hermoso perfil de un chico al que nunca he visto o eso es lo que quiero pensar ¿A quién engaño? Claro que lo he visto. Es el joven Lucas.

Siempre termino dibujando todo lo que hay en mi mente y ahora mismo lo unico que está en mi mente es ese chico. No puedo dejar de pensar en él, en ese beso. ¿Qué es lo que está pasando conmigo? Cierro los ojos y suspiro.

De pronto comienzo a escuchar unos fuertes gritos que me sacan de mis pensamientos. Los gritos empiezan a aumentar y logro detectar que vienen de la habitación de al lado. La habitación de el joven Lucas.

—¡No, no ya basta! —grita.

Bajo corriendo de la cama y me dirijo a su habitación, pero cuando estoy de pie frente a la puerta lo dudo antes de entrar. No quiero ser curiosa, la curiosidad no me ha traído nada bueno últimamente.

—¡Sabes que yo no quise hacerlo, ya para! —grita más fuerte.

Sus gritos ya me están preocupando, de verdad no quiero ser curiosa y recibir insultos suyo, pero no me queda de otra. Abro la puerta y entro. Busco el interruptor en la pared y enciendo la luz.

Tú, eres mi perdición #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora