Capítulo 44.

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Mónica.


Se ha ido.

Acaba de marcharse y no me explico que pasa conmigo, no me explico mi reacción en este momento.

¿Por qué rayos estoy llorando?

Intento cesar las lágrimas, pero no lo consigo. Creo que estoy siendo demasiado sensible.

Él ha sido muy cruel conmigo y me ha tratado horrible, pero no por eso quería que se marchara; menos de ese modo.

—Sabía que tarde o temprano terminaría siendo un mal agradecido. Después de todas las cosas que hice por él, mira como me paga —el señor Jack decide eliminar el silencio.

No puedo creer que él esté hablando así de su hijo. Se ha marchado por su culpa. Escuché las cosas tan feas que le gritó y ahora solo dice que su hijo es un mal agradecido, en vez de buscar la manera de arreglar las cosas.

—Volverá —sus brazos me rodean por el cuello y siento ganas de apartarlo —Lucas no es nadie sin mi. Espera y verás como volverá.

Este hombre siempre ha sido la mejor y más admirable persona en el mundo para mi, pero en este momento con lo que está haciendo ya no sé que pensar de él.

Se separa de mi y va hacia las escaleras —Le doy un día para que regrese. Solo necesito un día para tener a Lucas de vuelta aquí —termina de subir.

Me quedo allí llorando como una tonta y con la vista fija en la puerta.

Como si eso hará que regrese.

*****

Han pasado cuatros días desde que el joven Lucas se marchó y no ha habido ninguna señal suya que indique que está bien o en que lugar está.

Después de todo, no regresó al día siguiente como lo esperaba su padre.

Él ha estado fingiendo en todos esos días, pero sé bien que está preocupado por su hijo.

¿Cree que no me he dado cuenta de la cantidad de veces que le marca al día y que mira su celular cada cinco minutos?

Yo incluso me ofrecí a ayudarle; por eso tomé su número y le marco mientras su padre está en el trabajo, aunque siempre pasa lo mismo. Me contesta el buzón.

*****

Acabo de preparar la cena solo para mi, ya que el señor Jack me había dicho que no cenaría esta noche.
No ha cenado desde los últimos cuatros días.

Me estoy dirigiendo a mi habitación, entonces me detengo y me escondo por el pasillo cuando veo al señor Jack salir de una de las habitaciones de arriba.

Lo que más me extraña no es que esa no es su habitación, si no que recuerdo que desde que empecé a trabajar en esta casa una de las cosas que me advirtió fue acercarme a esa habitación o cruzar por ese pasillo.

Lo veo con lágrimas en los ojos al salir, pero por suerte iba tan deprisa que no se dio cuenta de mi presencia allí.

Salgo de mi escondite y me acerco a la habitación. Como siempre estoy dejándome llevar por mi curiosidad, abro la puerta que se encuentra sin seguro y entro.

Me cubro la boca con las manos sofocando un grito de la sorpresa cuando termino de entrar.

La habitación es preciosa, pero la decoración no es nada parecida a la de las otras habitaciones.

Parece más bien una habitación infantil, la de una niña para ser exacta.

Las paredes son de color rosa y blanco al igual las cortinas y las colchas que hay sobre la pequeña cama.

Me acerco a la cama y toco uno de los preciosos ositos de peluche que hay sobre ella, también hay unas hermosas muñecas.

¿Por qué están todas estas cosas en esta habitación si aquí no vive ninguna niña?

Sigo moviendome nerviosa por la habitación visualizando cada detalle, hasta que mis ojos caen sobre varias fotos que hay sobre una mesilla, pero una foto en especial es la que llama mi atención.

Una vez más sofoco otro grito y siento como todo me empieza a dar vueltas.

Es una niña...., una niña preciosa, la cual está abrazada a un chico un poco más grande que ella. A simple vista queda obvio de que ese chico es el joven Lucas con unos 14 o 15 años aproximadamente y la niña parece ser algo así como..., ¿Su hermana?

Presto más atención a la foto y apesar de las pocas similitudes entre ambos, no cabe duda de que hay algún parentesco entre ellos.

En lugar de los ojos verdes de él, la pequeña tiene unos grandes y hermosos ojos grises, el cabello de él es castaño, mientras que el de ella es rubio con un pequeño tono blanco. En lo que sí se parecen es en la bella sonrisa que tienen los dos. Se ven realmente felices en esa foto.

Podría decir que el chico que conozco y este de la foto no son las misma persona, pero sí lo es.

¿Por qué nunca lo he visto tan feliz como aquí y por qué nunca antes he visto a esta niña?

Si es su hermana, lo cual es muy obvio, ¿Por qué nunca los he escuchado a él o a su padre nombrarla?

A lo mejor puede que esté en Londres. Claro, su hermano regresó de allí hace un tiempo y de seguro ella también está en ese lugar o quizas vive con su madre.

El timbre de mi celular suena y pego un salto del susto. Lo saco de mi bolsillo y miro la pantalla. Es el señor Jack.

¿Se habrá dado cuenta de que estoy aquí? Estás en graves problemas Mónica, ¿Quién te manda a ser tan curiosa?

¿Sí? —contesto nerviosa.

—¿Dónde estás Mónica?

—Estoy..., en, en mi habitación, ¿Necesita algo?

—No gracias, solo quería avisarte que voy a salir un momento, para que estés al tanto por si hay alguna noticia importante.

¿Tan difícil le es decir que esté al tanto por si hay noticias de su hijo?

—Está bien señor.

—Cuidate Mónica —cuelga.

Rápidamente antes de que no corra con suerte y pueda ser descubierta salgo de la habitación y no le doy más vueltas al asunto.

Aún no puedo creerme el que el señor Jack tiene una hija.

¿Cuál será su nombre?

¿Será una chica simpática o no?

¿Qué edad tendrá ahora?

Quiero conocerla algún día.

Preguntas:

—¿Está siendo justo el señor Jack con su hijo?

—¿Será la niña hermana de Lucas?

—¿Qué habrá pasado con ella?

Tú, eres mi perdición #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora